Los servicios funerarios para mascotas estarán a la orden del día durante Expopet 2014, la primera feria internacional de animales de compañía organizada en Colombia, y la cual abrirá puertas entre el 23 y el 26 de este mes en las instalaciones de Corferias.
La muerte de un animal de compañía suele provocar un sentimiento de pesar entre los miembros de la familia afectada, por esta razón y por influencia de países como Europa y USA desde hace varios años, en Colombia se presta el servicio de funerales para mascotas.
Hasta comienzos de este siglo, los dueños de mascota, sobre todo perros o gatos, sólo tenían la posibilidad de buscar un terreno para enterrar los restos del animal o acudir a las autoridades sanitarias para que se hicieran cargo de los mismos Sin embargo desde el 2001, el médico veterinario Henry Cortés al ver tal necesidad se propuso crear Funeravet, la primera funeraria de animales en Colombia que aparte de ofrecer una ayuda logística, también brinda ayuda sicológica de manera grupal para superar la pérdida de la mascota.
Hace 13 años Funeravet está en funcionamiento y son más de 50.000 familias las que han confiado en sus servicios, esta cifra se refiere solo a los entierros, la cremación también es una opción, sea individual para recibir las cenizas o grupal para darle una despedida. Las charlas para superar y afrontar el duelo de una mascota también son una opción que los amos buscan y Funeravet ofrece.
En el cementerio de Funeravet, que está ubicado en el municipio de La Calera existen unas 1.300 tumbas de perros, gatos, hamsters y patos, entre otros animales de compañía, que dan fe del amor de los dueños. Al cabo de 5 años, los dueños del animal tienen dos opciones: renovar el contrato para el uso de la tumba por otro tiempo igual, o exhumar el cadáver para acceder al servicio de cremación individual o grupal.
Viviana Parra, ejecutiva de ventas y mercadeo de Funeravet afirma: “Los precios de estos servicios oscilan entre $130.000 y $600.000 y dependen del tamaño de la mascota y de los servicios contratados”
“El entierro o la cremación de animales de compañía, particularmente perros y gatos, se ha convertido en un nuevo y lucrativo negocio en por lo menos cuatro de las principales ciudades del país. Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla ya cuentan con una decena de empresas al estilo de Funeravet”. Afirmó Parra.
Gimena Olmos Guerrero, tiene 48 años y reside en Ciudad Jardín del Sur, en Bogotá, acaba de enterrar a Champein, su caniche de 8 meses, en el antejardín de su casa. Sobre el cadáver de su can, ella sembró rosas amarillas, el color por el que el perrito mostraba una extraña atracción. “No tuve otra opción por falta de dinero, confiesa la mujer”.
Casi en forma simultánea pero a 90 cuadras de distancia, en el exclusivo barrio Los Rosales, en el nororiente capitalino, Blanca Martínez Ordóñez, 30 años y auditora médica de una EPS, acaba de regresar de Funeravet con una urna decorada con nubes, sobre las que corre feliz un mastín, las cenizas de Júpiter, un golden retriever de 4 años, muerto en un accidente de auto el último fin de semana.
“Él no era sólo una mascota, sino que tenía alma y era parte de la familia. He compartido parte de mi vida con él y creo que nos volveremos a ver en la próxima”, dice entre sollozos Hugo Zambrano, un pensionado de 78 años, mientras se abraza a la tumba de su pastor alemán de 10 años, sacrificado luego de infructuosos esfuerzos médicos para salvarlo de una enfermedad degenerativa, y en cuya lápida de mármol aparecen inscritos la gratitud y el afecto en un diciente “Gracias, Romel, por tanto y perdón por tan poco”.