Según un estudio realizado por la Secretaría Distrital de Planeación (SDP), con base en el instrumento denominado Índice de Movilidad Social publicado recientemente en el libro “Índices de Ciudad”, la clase media es la que ha logrado avanzar en la escala social por la mejora de sus ingresos y el fortalecimiento de la economía del país.
A través del índice de Movilidad Social, la SDP brinda a la administración un diagnóstico actualizado sobre la manera en que las oportunidades de mejoría en el bienestar de las familias, o la carencia de éstas, se manifiestan en la sociedad.
Para Roberto Prieto, Subsecretario de Información y Estudios Estratégicos de la SDP, “El Índice de Movilidad Social muestra cómo las condiciones socioeconómicas de los padres se transfieren a sus hijos, es decir, evidencia cuál es el papel que juegan las primeras sobre el bienestar de los últimos”. El instrumento hace el análisis a un nivel desagregado e identifica las zonas de la ciudad donde la educación de los padres y su ingreso pesan en mayor medida sobre el éxito escolar de los niños; en las zonas donde este fenómeno sea más pronunciado, se dirá que tienen menor movilidad social positiva (ascenso en la escala social).
La tendencia observada en Bogotá es similar a la observada en otros países latinoamericanos, incluyendo a Colombia, en donde se aprecia que hay un mayor grado de movilidad social en las localidades donde predomina la clase media, como lo son Tunjuelito, Suba, Barrios Unidos y Fontibón, puesto que si bien el ingreso y la educación de los padres influencian a los hijos, lo hacen en menor grado que en otras localidades.
En contraposición a este resultado, se constató que la movilidad social es menor (baja o media baja) en las localidades donde habitan las personas más ricas y pobres de la ciudad (Ciudad Bolívar, Chapinero, Usme, Los Mártires, Usaquén).
Adicionalmente, la herramienta permite hacer un mejor seguimiento de los cambios en la movilidad social de los ciudadanos producto de la focalización del gasto en educación y la implementación de políticas fiscales progresivas.
Según Palencia “El éxito escolar de los jóvenes, entendido como un indicador de oportunidades futuras, está determinado en gran medida por el bienestar de los padres (educación e ingreso), no obstante hay otros factores relevantes como el esfuerzo personal o las habilidades cognitivas”. Todo esto va en sintonía con el crecimiento generalizado de la clase media y las mejorías en los indicadores de pobreza de la ciudad y el país.
Sin embargo, también es necesario anotar que las diferencias de ingreso y de oportunidades, y la segregación socioeconómica en la ciudad, tienden a perpetuarse en los extremos, puesto que en los hogares con alta capacidad adquisitiva se crean condiciones para el bienestar de las nuevas generaciones, mientras que hogares de baja capacidad adquisitiva se están viendo abocados a permanecer en condiciones de pobreza.
Al respecto se observó que los jóvenes de Chapinero y Usaquén, que son aquellos que tienen mayor número de años aprobados respecto a su edad, es decir, tienen una menor brecha educativa, eran hijos de los padres con mayores ingresos y con mayor número de años de educación, 11,1 y 10,1 años, respectivamente. Por el contrario, en Ciudad Bolívar y Usme habitan los jóvenes con mayor grado de fracaso escolar (la brecha educativa llega a ser de 7 años), lo cual es consecuente con menores ingresos y la baja cantidad de años de educación de sus padres, 6,1 y 6,2, respectivamente.
La movilidad social y la construcción de una sociedad más equitativa requieren de progresividad en los impuestos y de la ampliación en cobertura y calidad educativa en los sectores de la población con menores ingresos. El índice de movilidad social es una herramienta útil para ver cómo dichas políticas públicas reducen las brechas de ingreso y la segregación socioeconómica en la ciudad.
El estudio, cuyo nivel de análisis son las localidades, se realizó con base en la Encuesta Multipropósito de Bogotá del año 2011, de la cual de obtuvo una muestra de 3554 jóvenes.