La elección popular de alcaldes menores es un negocio para las localidades ricas, pero condena a la miseria a las localidades pobres. Así lo aseguró la representante por Bogotá, Angélica Lozano, tras la aprobación en primer debate de ésta iniciativa en la Comisión Primera de la Cámara.
A juicio de la congresista, el proyecto fue acogido más por colegaje y por amistad, que por argumentos, quien calificó la propuesta como “el destroce de la administración de la ciudad” y que hará imposible la ejecución de proyectos serios en transporte, seguridad o en materia ambiental, entre otros.
Lozano Correa, indicó que no se puede categorizar a las alcaldías locales como si fueran municipios, ya que los mandatarios locales hacen funciones de inspectores de vigilancia y control y además porque Bogotá no es una gobernación.
Con esta iniciativa los alcaldes pasarían a manejar prácticamente los recursos de la ciudad en lugar de los 1.7 billones de pesos que actualmente administran en total las 20 localidades. Advirtió la congresista que esto le quitaría el músculo financiero a Bogotá para los proyectos que realmente necesita.
Así mismo previó que los alcaldes locales no estarían bajo la gobernabilidad del alcalde mayor, descuadernando a Bogotá y a los problemas que actualmente tiene la ciudad, se le sumarían los problemas administrativos. Finalizó diciendo que solo los ricos se beneficiarían Suba, Usaquén y Chapinero, pero condena a la miseria a las 17