Tras la muerte de Brittany Maynard, se reaviva campaña por derecho a la “muerte con dignidad”
–En el Estado de Orange County, se emprendió una gran campaña para expandir el derecho a la “muerte con dignidad”, o “suicidio asistido”, al cual apeló la joven Brittany Maynard, con cáncer terminal, para poner fin a su vida el pasado fin de semana. De por sí, la historia de Maynard reavivó en Estados Unidos y en otras partes del mundo el debate sobre el suicidio asistido, con voces que se alzaron para respaldarlo y otras -incluso de otros pacientes terminales- para cuestionarlo.
La campaña a su favor la inició la propia Maynard. “No comencé esta campaña porque quería llamar la atención… Lo hice porque quiero ver un mundo donde todos tienen acceso a morir con dignidad, como pude hacerlo yo. Mi jornada fue más fácil gracias a esta opción”, explicó Brittany antes de tomar un medicamento letal.
Ella misma fijó el primero de noviembre para terminar con su vida.
“Luego de pensarlo e informarse exhaustivamente, Brittany tomó la decisión de morir con dignidad, para terminar con una terrible, dolorosa e incurable enfermedad”, señaló la familia en la red. “Falleció en paz, en su cama, rodeada de la familia cercana y los seres queridos”, precisó.
“Adiós a todos mis queridos amigos y la familia que amo”, escribió en su cuenta de Facebook. “Hoy es el día que he elegido para morir con dignidad debido a mi enfermedad terminal, este cáncer cerebral terrible que se ha llevado tanto de mí… pero que se podría haber llevado mucho más”, agregó la joven de 29 años.
“El mundo es un lugar precioso, viajar ha sido mi gran forma de aprender, mis amigos cercanos y colegas son quienes más dan. Incluso ahora, mientras escribo, tengo un aro de apoyo alrededor de mi cama… ¡Adiós mundo. Difundan buenas energías. Retribuyan!”.
La joven, quien apenas tenía un año de casada cuando se le diagnosticó un cáncer cerebral irreversible a principios de este año, se mudó hace unos meses al vecino estado de Oregon para poder decidir en qué momento poner fin a su vida.
Maynard murió el sábado por decisión propia, luego de llevar a cabo una muy pública campaña a favor de esta opción.
A principios de este año, Brittany fue diagnosticada con cáncer cerebral, una enfermedad incurable que sólo le permitiría meses de vida, indicó Patricia Portillo, Directora de Comunicación de Compassion and Choices, la organización que busca promover legislación para permitir la muerte con dignidad.
Al recibir el terrible diagnóstico, la joven decidió que, en la medida de lo posible, viviría sus últimos momentos plenamente, viajando y manteniéndose activa, acompañada de su esposo, Daniel Díaz, a quién conoció cinco años atrás y con quién contrajo nupcias en septiembre del año pasado.
En abril de este año, cuando los médicos le dieron seis meses de vida y los ataques y el dolor comenzaron a hacerse más frecuentes, Maynard se trasladó con su familia de California a Oregon, uno de los cinco estados donde es legal que un paciente con una enfermedad incurable pueda terminar su vida. Los otros estados que permiten esta práctica en EEUU son Washington, Vermont, New México y Montana.
En 1994, Oregon fue el primer estado del país en aprobar una ley que permite el “suicidio asistido por médicos” (La ley de Muerte con Dignidad de Oregon). Invocando esa norma, 750 personas han muerto allí con la ayuda de un médico desde entonces.
Desde entonces, sea por legislación o por decisiones de corte, otros cuatro estados han legalizado esta práctica: Washington, Vermont, Nuevo México y Montana.
Patricia Portillo, portavoz de la organización “Compassion and choices” en California, dijo que la historia de Maynard “tocó el corazón de los californianos y nos ha comprometido a cambiar la ley en este estado”.
Entre 2005 y 2007, la legislatura de California consideró y rechazó algunas propuestas de legalizar la muerte asistida. La más reciente fue llevada a cabo por el entonces presidente de la asamblea Fabián Núñez generando una pública controversia con el entonces cardenal de Los Ángeles Roger Mahoney.
La organización también ha empezado campañas en Colorado, Connecticut, Massachussets y Nueva Jersey. Portillo indicó que en California “ya tenemos un equipo completo trabajando”.
Un grupo de oposición a la medida denominado “No muertos aún” (Not dead Yet), indicó que la muerte asistida pone en peligro a personas vulnerables y criticaron a Compassion and Choices por “explotar la tragedia por sus razones malévolas”.
El Arzobispo de Portland, Oregon, Alexander Sample, publicó un comunicado hace unos días en el que hace eco de la opinión de la iglesia católica respecto al tema.
“Acortar la vida no es la respuesta a la muerte”, precisó.
En vez de acelerar la muerte, hay que abrazar los momentos difíciles pero valiosos de vida, porque es allí que entendemos lo importante de la vida”, indicó Sample.