Farc afirman que indígenas caucanos murieron en una lucha cuerpo a cuerpo con uno de sus guerrilleros
–El autodenominado bloque occidental Alfonso Cano de las Farc aseguró en un comunicado que los dos integrantes de la guardia indígena en el Cauca murieron en “una lucha cuerpo a cuerpo” con uno de sus milicianos, luego que “en una actitud incomprensible” los nativos se lanzaran en su persecución “empeñados en arrebatarles sus armas y detenerlos”. Al mismo tiempo, niegan que hayan declarado “objetivo militar a algunos líderes indígenas”.
En el escrito, los cabecillas del reducto guerrillero expresan que lamentan “profundamente este fatal desenlace, expresamos nuestro pesar a las familias de los guardias fallecidos y a toda la comunidad, al tiempo que dejamos claro, una vez más, que nuestra lucha jamás ha sido ni lo será, contra el movimiento indígena y popular”.
Según el comunicado, el 5 de noviembre, en la vereda Sesteadero del municipio de Toribío, Cauca, varias unidades de la guardia indígena “desplegaron una insólita campaña” encaminada a quitar y quemar las vallas conmemorativas de la muerte de Alfonso Cano, al tiempo que “se empeñaron en agredir físicamente y despojar de sus armas a los tres milicianos que las habían instalado”.
Agrega que otros milicianos que acudieron en su apoyo, se vieron forzados a hacer algunos tiros al aire, como alerta para garantizarles la retirada a sus compañeros.
Luego señala que “los guardias indígenas, en una actitud incomprensible, se lanzaron en persecución de los milicianos, empeñados en arrebatarles sus armas y detenerlos. Pese a que los nuestros los esquivaron en varias ocasiones, sus perseguidores no desistieron hasta caer sobre ellos para cumplir su propósito. En esas condiciones, acosado por una lucha cuerpo a cuerpo, uno de los milicianos empleó su arma, con el fatal resultado de la muerte de los guardias Daniel Coicué y Manuel Antonio Tumiñá. En seguida los milicianos se retiraron. Horas más tarde, advertidos de que no podían volver a usar sus armas, optaron por entregarse al grupo de guardias indígenas que los perseguía”.
Además expresa su solidaridad con los guerrilleros detenidos y dice que “la gran mayoría de ellos son inocentes de los hechos que se les imputan”. Sin embargo, no hacen ninguna referencia a las condenas de 60 y 40 años que les impuso la justicia indígena por el asesinato de los dos integrantes de la guardia.
Los firmantes señalan que mantienen abierta su “disposición de dialogar con las autoridades indígenas en un espíritu de mutuo respeto, con el objetivo de superar de manera fraternal y concertada las contradicciones que se puedan presentar, y apostarle entre todos los sectores populares a la unidad, en procura de hallar la tan necesaria y anhelada paz”.
Finalmente afirman que rechazan “categóricamente el hecho de que se nos quiera adjudicar la muerte de otro indígena en condiciones que desconocemos” y desmienten “con vigor nuestra autoría en las amenazas que a nombre nuestro han puesto a circular personas inescrupulosas, en las cuales se declara objetivo militar a algunos líderes indígenas, dentro de un supuesto plan de guerra”.
“Nada más apartado de la realidad”, conckuyen.
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