Por:Gabriel Ortiz
BLANCO Y NEGRO
La candidez, ingenuidad y doncellez de un general que consideraba la labor social como un acicate para lograr la paz, le ha dado la mayor voltereta a los diálogos de La Habana, y al anhelo de un pueblo cansado de una guerra interminable. Son muchas las incógnitas sin respuestas en torno al secuestro del General Alzate por parte de las FARC.
Muy extraño su desplazamiento vistiendo prendas civiles, desarmado y sin escoltas, por un terreno infestado de sanguinarios guerrilleros asociados con paras, narcotraficantes y mineros ilegales. Una de las hipótesis lo señala como un convencido de las necesidades sociales de una región tan abandonada, pero olvidó que hay comunidades que trabajan para los dos bandos, y poco les importa morder la mano que los socorre.
Hoy este hombre, fue convertido por las FARC en “prisionero de guerra”, como si hubiera estado combatiendo. Dio armas a la guerrilla para adquirir la mayor carta dentro de esta guerra que vivimos los colombianos. Descaradamente los bandidos en sus comunicados llaman a la sensatez, como si la estuvieran aplicando con estas actitudes criminales.
Seguramente habrá muchos colombianos celebrando el despeñadero hacia el que van las negociaciones de La Habana, que por primera vez arrojaban algún resultado positivo. Debemos prepararnos para otros cincuenta o cien años de guerra, porque los enemigos de la reconciliación están en su salsa.
¿Para dónde irá el Senador Uribe, a quien comunican primero sobre las acciones bélicas que se producen en nuestro territorio? Con “pelos y señales”, incluidas coordenadas, ventiló por internet el secuestro del General Alzate. Miembros de la seguridad lo surten de información clasificada, por considerarlo un aliado. Allá ellos, si quieren seguir siendo sus idiotas útiles.
El gobierno del Presidente Santos, que anhelaba anunciar esta semana el desescalamiento de las acciones belicosas, que prácticamente estaban acordadas, debió aplicar una tregua a ese sueño ante los últimos hechos, porque las Farc acudieron de nuevo al secuestro, al asesinato y al reclutamiento de menores y así no se puede continuar el proceso que el país espera con ansiedad.
La bola está en la cancha de Timochenko. Que libere al General y demás secuestrados, si quiere seguir sentado a la mesa. De lo contrario, ¡nada de nada!
BLANCO: El acuerdo humanitario que propone el ex presidente Samper para la liberación de los secuestrados.
NEGRO: Petro sordomudo y ciego sobre los negocios familiares.
gabrielortiz10@hotmail.com