Al menos 50 personas murieron y más de 70 han resultado heridas en un atentado suicida cometido durante un partido de voleibol en la provincia de Paktika, en el sureste de Afganistán, han informado fuentes oficiales.

La mayor parte de las víctimas son civiles -y entre ellas hay muchos niños- pues el suicida ha hecho detonar su carga letal entre la multitud de espectadores que disfrutaba del encuentro. Muchos de los heridos se encuentran en situación crítica, informa Reuters.

Paktika, con una importante actividad insurgente, ha sido por segunda vez el escenario elegido por los talibanes para perpetrar una de sus acciones más sangrientas. El pasado julio, otro ataque suicida dejó 89 muertos en un mercado de la provincia.

Envío de helicópteros

El vicegobernador de Paktika, Ataullah Fazli, ha explicado a Efe que en el recinto deportivo atacado se estaba jugando la final de un torneo entre distritos, lo que atrajo a mucha gente al lugar. «Ha sido un suicida con una chaqueta cargada con un explosivo que ha detonado entre cientos de espectadores», ha dicho. Varios helicópteros han sido enviados a la zona para trasladar a los heridos a Kabul, ya que la capacidad hospitalaria de la provincia es insuficiente para tratar a las víctimas.

El presidente afgano, Ashraf Gani, ha condenado un «ataque inhumano y no islámico», «injustificable en cualquier religión o cultura», que ocurre en un momento en que las tropas de la OTAN se preparan para dejar antes de fin de año el país, después de 13 años de lucha contra los talibanes. A partir de enero del 2015, solo quedarán en el país 12.500 militares internacionales -9.800 de ellos estadounidenses- con la misión de entrenar y apoyar a la fuerzas de seguridad afganas.

Pero en las últimas semanas, y a medida que se acerca la retirada, el convulso país asiático ha vivido nuevos episodios de violencia con ataques casi cotidianos. El sábado, hubo 34 muertos y 30 heridos en un ataque a las fuerzas de seguridad a en la provincia de Nuristán.

Los niveles de violencia han llevado al presidente de EEUU, Barack Obama, a autorizar a las fuerzas estadounidenses «un papel directo en el combate», a partir del año próximo.