Antes de iniciar su agenda formal ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Secretario General expresó su profunda consternación por el ataque talibán perpetrado hoy contra una escuela para hijos de militares en la ciudad de Peshawar, en Pakistán.
Según fuentes locales, los fallecidos superarían los 130, la mayoría de ellos niños, que fueron ejecutados con un disparo en la cabeza.
“No hay causa que justifique semejante brutalidad. Es un acto de terror y es inexcusable atacar a niños indefensos mientras aprenden. Las escuelas deben ser espacios seguros de aprendizaje. El hecho de acudir a la escuela no debería ser un acto de valentía”, dijo Ban.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, también condenó el ataque y aseguró que con él, los talibanes habían caído en lo más bajo.
“Todos deben unirse ahora a combatir este tipo de extremismo salvaje. Ningún gobierno o agencias de la inteligencia, ninguna figura religiosa, ningún patrocinador rico, ningún miembro del público general puede justificar seguir apoyando a los talibanes, ISIS, Boko Haram, Al Qaeda o cualquiera de estos grupos que parecen competir por alcanzar el más alto nivel de barbarie humana”, dijo Zeid Ra’ad Al Hussein.
Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF, extendió sus condolencias a las familias de los niños que habían muerto e insistió en la necesidad de apoyar a los padres de Pakistán que desean que sus hijos reciban la mejor educación posible.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, recordó que hace menos de una semana le fue entregado a Malala Yousafzai el premio Nobel de la Paz en Oslo y aseguró que este ataque constituye un atentado contra el futuro de todos los niños y la nación de Pakistán.