Papa Francisco cuestiona “la sociedad sin padres” y alerta sobre las lagunas y heridas que deja ausencia de figura paterna
–“El problema de nuestros días no parece ser más tanto la presencia evasiva de nuestros padres, sino más bien su ausencia, su contumacia”, afirmó el Papa Francisco al hablar sobre “la sociedad sin padres” que está creciendo actualmente, para alertar sobre peligros de esta orfandad en la educación de las nuevas generaciones.
El Pontífice advirtió que esta “ausencia” con la cual se pretende pensar en una especie de liberación, sobre todo cuando se percibe al padre como la autoridad cruel que coarta la libertad de sus hijos, deja lagunas y heridas en la educación de los jóvenes, que carecen de guías y corren el riesgo de caer en los ídolos que les roben el corazón, la ilusión y las auténticas riquezas.
Los padres están a veces tan concentrados en sí mismos y en su propio trabajo y a veces sobre su propia realización individual, al punto de olvidar también la familia. Y dejan solos a los niños y a los jóvenes, puntualizó el Papa en su catequesis de la audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano.
En su reflexión sobre la familia, Beglorio recordó que como obispo de Buenos Aires advertía el sentido de orfandad de viven hoy los chicos y dijo que “a menudo les preguntaba a los papás si jugaban con sus hijos, si tenían el coraje y el amor de perder tiempo con los hijos”.
La respuesta era fea, precisó. En la mayoría de los casos era: “no puedo porque tengo tanto trabajo”. El padre estaba ausente con ese hijo que crecía y no jugaba con él, no perdía tiempo con él”.
En este contexto instó a todas las comunidades cristianas a estar más atentos, pues reseñó: “La ausencia de la figura paterna en la vida de los pequeños y de los jóvenes produce lagunas y heridas que pueden ser también muy graves. Y en efecto, las desviaciones de los niños y de los adolescentes en buena parte se pueden atribuir a esta falta, a la carencia de ejemplos y de guías competentes en su vida de todos los días, a la carencia de cercanía, a la carencia de amor de parte de los padres. El sentido de orfandad que viven tantos jóvenes es más profundo de lo que pensamos”.
Y agregó: Son huérfanos pero ‘en familia’, porque los padres a menudo están ausentes, incluso físicamente, de casa, pero sobre todo porque, cuando están, no se comportan como padres, no dialogan con sus hijos, no cumplen con su tarea educativa, no dan a los niños con su ejemplo acompañado de las palabras, aquellos principios, aquellos valores, esas reglas de vida, de las que necesitan como el pan. La calidad educativa de la presencia paterna es mucho más necesaria cuanto más el papá se ve obligado por trabajo a estar lejos de casa. A veces pareciera que los papás no supieran bien qué lugar ocupar en la familia y cómo educar a los hijos. Y entonces, ante la duda, se abstienen, se retiran y descuidan sus responsabilidades, tal vez, refugiándose en una relación improbable “a la par” con los hijos. Es verdad que debes ser compañero de tu hijo, pero sin olvidar que tú eres el padre ¿eh? Si solamente te comportas como un compañero ‘a la par’ de tu hijo, esto no le hará bien al muchacho.
El Papa Francisco sostuvo que “hará bien a todos, a los padres y a los hijos, volver a escuchar la promesa que Jesús hizo a sus discípulos: “No los dejo huérfanos” (Jn 14:18). Es Él, de hecho, el camino a recorrer, el Maestro al que escuchar, la Esperanza de que el mundo puede cambiar, que el amor vence al odio, que puede haber un futuro de fraternidad y de paz para todos”.
Finalmente dijo: Alguno de ustedes podría decirme: “padre, usted hoy ha sido demasiado negativo; ha hablado sólo de la ausencia de los padres, y de lo que sucede cuando los padres no están cerca de los hijos”. Es verdad, he querido subrayar esto porque el próximo miércoles seguiré con esta catequesis, poniendo a la luz la belleza de la paternidad y de la maternidad y la responsabilidad de ser padres y madres. Por esto he elegido comenzar de la oscuridad para llegar a la luz”.