A 49 se elevó el número de personas que fallecieron en Pakistán al estallar una bomba en una mezquita chiita en Sindh, una provincia del sur del país.Otras 40 personas resultaron heridas en la explosión, que se produjo poco después de una ceremonia de oración en la que participaban cientos de personas.
La policía dijo que la explosión fue causada por un atacante suicida o por un artefacto que estalló cuando la mezquita estaba repleta de personas al mediodía del viernes en el centro de Shikarpur, en la sureña provincia paquistaní de Sindh.
«Estamos tratando de establecer la naturaleza de la explosión», dijo el jefe de policía de Shikarpur, Saqib Ismail Memon. «Un escuadrón de desactivación de bombas está examinando el lugar», agregó.
«Un total de 40 personas murieron en el ataque de Shikarpur y otras 46 resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad», declaró el ministro provincial de Sanidad, Jam Mehtab Dahr. Y añadió que el balance podría aumentar.
En las caóticas escenas que siguieron a la explosión, parte de la mezquita colapsó, enterrando a varios de los heridos bajos los escombros.
Los transeúntes sacaron a personas de debajo de las ruinas y las subieron a automóviles que las trasladaron a hospitales.
«El suelo estaba lleno de sangre y de pedazos de carne humana, había un fuerte olor a cuerpos calcinados, la gente gritaba (…) era el caos», contó.
«Había unas 400 personas en la imambargah (mezquita) durante la explosión (…) Los líderes chiitas locales están aterrorizados», dijo Rahat Kazmi, miembro del Majlis-Wahadatul-Muslimeen (MWM), uno de los principales partidos chiitas del país.
El grupo sunita Jundallah, vinculado a una facción talibán, se atribuyó el ataque.
Pakistán ha estado en alerta por ataques desde una masacre del 16 de diciembre en una escuela en la ciudad de Peshawar, en la que murieron al menos 145 personas, en su mayoría niños.
Los chiíes constituyen cerca de una quinta parte de la población de Pakistán de alrededor de 180 millones de habitantes. Más de 800 chiíes han muerto en ataques desde inicios del 2012, según Human Rights Watch.