Por Mauricio Botero Caicedo
En los últimas se ha visto como muchos, entre ellos el ex presidente Ernesto Samper, pretenden disfrazar el caos por el que atraviesa Venezuela haciéndole eco dos patentes mentiras:

– La primera es que la crisis que se vive en Venezuela se debe a injerencias internacionales.
– La segunda es que caos por el que atraviesa esa nación es a causa de el desplome en los precios del petróleo.

Que esas dos mentiras salgan del aparato de propaganda de Maduro y los chavistas, se entiende. Pero el que las propague en ex presidente de Colombia, que como bien lo señala el caricaturista Vladdo pasó de se mandatario a mandadero, es inaceptable. Si el papel de Samper en Unasur es limitarse a ser el ‘correveidile’ de Maduro, por simple decencia debe renunciar.

El punto de fondo es que la honda crisis de Venezuela no se debe a la baja en los precios del crudo, ni mucho menos a injerencias internacionales: la crisis por la que atraviesa en país se debe exclusivamente a al manejo torpe, equivoco, inepto y corrupto del aparato estatal, especialmente en el campo económico. Con enorme cinismo, el chavismo patrocina la corrupción por medio de un sistema de control de cambios diabólico que solo ha servido para enriquecer a unos pocos, entre ellos a los familiares de Chávez. El gobierno igualmente ha establecido un control de precios irracional que es la causa principal de severo desabastecimiento que reina en ese país. Para rematar, el gobierno se ha dedicado a perseguir al sector privado, cerrando algunas empresas y nacionalizando otras. Estas medidas lo único que han logrado es ahuyentar la inversión productiva.

Las crisis de Venezuela se debe exclusivamente al manejo irracional de la economía y de la política. Echarle la culpa a otros factores es de una risible torpeza¡