El ritmo acelerado con que se vive en las grandes ciudades, unido a la creencia de que sólo se debe celebrar cuando se cumplen grandes metas o cuando se logra un objetivo a costa de un gran esfuerzo, está privando a los colombianos de los beneficios que trae dedicarle tiempo a celebrar los logros cotidianos.

De acuerdo con una encuesta que realizó la firma Outsourcing Solutions entre 1.156 personas de Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla con el objetivo de conocer cómo celebran y valoran los colombianos sus logros y acontecimientos, el 60% de los encuestados afirma no tomar pausas para celebrar los logros cotidianos. Simplemente se conforman con la sensación de cumplimiento, pero pocas veces buscan alguna recompensa tangible. Inclusive, el 61% no ha celebrado en el último mes ningún acontecimiento.

Según Carlos Andreu, coach empresarial y autor de “Del ataúd a la cometa”, la felicidad es “ser capaz de disfrutar el camino” hacia las metas que cada uno se propone. La importancia de esto es que ese movimiento por el camino, nos permite descubrirnos a nosotros mismos, aprender de nuestras experiencias y encontrar la verdadera razón de cumplir la meta. En Colombia, no solemos reconocer y celebrar nuestros logros diarios, la mayoría de personas no se toman pausas, y esto es predominante en los estratos bajos.

Una tendencia común en estratos altos y bajos es que no se reconoce que en el día a día se van cumpliendo las metas (75%). En la encuesta realizada se encontró que, a diferencia de otras culturas más productivas, los colombianos tenemos dificultad para fijarnos pequeñas metas, para construir nuestros planes pensando en disfrutar cada paso y, más aun, en reconocer que diariamente completamos nuestros propósitos. Según Ana Carolina Arango, gerente de recursos humanos de la compañía Arysta LifeScience Colombia, en el artículo Más personas, Menos Máquinas de la revista Gerente 2013, “En Colombia, en promedio un ejecutivo estresado trabaja más de 14 horas. Pero a diferecnia de los japoneses, no van paso a paso y en actitud de vencedores”.

Pero si bien los colombianos no se dan cuenta que en el corto plazo se van cumpliendo las metas, las mujeres colombianas (60%) sí reconocen la importancia de los pequeños logros cotidianos. Los hombres, por el contrario, solo le dan valor a los grandes logros que se consiguen a largo plazo.

Por otro lado, las personas de estratos altos han celebrado un motivo recientemente (55%), lo que sugiere que se focalizan ligeramente más en situaciones personales que en las celebraciones tradicionales, mientras que los estratos 2 y 3, suelen celebrar con menor frecuencia (26%).

Según estudios de Teresa Amabile, profesora de administración de empresas de Harvard Business School, se ha demostrado que celebrar el recorrido y hacer pausas genera mayor satisfacción a la hora de cumplir la meta, nos hace más felices e incluso ayuda a las personas a salir de la depresión. En su libro “Small Wins and Feeling Good” (Pequeños logros y sentirse bien), dividir una gran meta en pequeños logros reduce el miedo, traza el camino y garantiza el éxito en un futuro.