Europa ha superado ya lo peor de la crisis aunque precisa más reformas para crecer y crear empleo, así como lidiar con la inestabilidad que genera Ucrania, según el diagnóstico conjunto difundido hoy por Alemania y los principales organismos económicos multilaterales.
El viejo continente, sus achaques y retos, coparon como en las últimas ocasiones el tradicional encuentro anual de la canciller alemana, Angela Merkel, con los responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE, el Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de Comercio (OMC).
“La Unión Europea ha superado lo peor de la crisis y el crecimiento en el cuarto trimestre fue mejor de lo esperado”, concedió la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en la rueda de prensa conjunta que siguió a la reunión, y confió en que la economía del bloque evolucione este año “mejor de lo esperado”.
Los pilares que soportan esta tesis son, a su juicio, la caída de los precios del petróleo, que tienen un “efecto neto positivo para la economía global”, las oscilaciones de las principales divisas -ya que la depreciación del euro mejora la competitividad del continente- y los tipos de interés en mínimos, que facilitan la inversión.
No obstante, el horizonte no está libre de riesgos para la UE, añadió Lagarde, que destacó el “geopolítico”, “en particular” por Ucrania, y el “monetario”, en una referencia a las consecuencias indeseables que podría tener el “plan Draghi” de compra de deuda soberana y corporativa.
Sobre Ucrania, Lagarde aprovechó para anunciar la aprobación de un programa de ayuda financiera del FMI para Kiev de 17.500 millones de euros, aprobado hoy por esta institución en Washington.
El crédito se desembolsará a lo largo de cuatro años -10.000 en el primer ejercicio- por un sistema de tramos, tras el cumplimiento de una serie de condiciones en materia de reformas estructurales y ajustes, explicó la directora gerente del FMI.
Merkel, que afirmó que la economía europea “aún no está bien”, destacó que los “riesgos geopolíticos” lastran el crecimiento del continente, aunque esperó que “el trabajo político”, la diplomacia que ella lidera, contribuya a superar la inestabilidad.
Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, puso el énfasis en la necesidad de que los gobiernos de la UE sigan implementando reformas para mejorar su productividad, que ha permanecido “plana” o ha empeorado en la mayoría de economías en los últimos años.
“Las reformas funcionan”, subrayó Gurría a este respecto, y puso como ejemplo a España, que ha logrado “volver a crecer y crear empleo” a la vez que reducía su déficit público de manera sensible en apenas tres años.
Por su parte, Guy Ryder, director general de la OIT, indicó que la vuelta de Europa a la senda del crecimiento es una “buena noticia”, pero instó a los gobiernos del continente a “hacer más” para crear empleo, especialmente entre los jóvenes.
El director general de la OMC, Roberto Azevedo, centró su intervención en la persistente debilidad del comercio internacional desde la crisis, que podría actuar como un vector de crecimiento, y se mostró optimista por la posible entrada en vigor este año de los acuerdos de Bali y los avances de distintos tratados de libre comercio bilaterales y multilaterales.
El encuentro de Berlín versó asimismo sobre asuntos de la agenda global como el cambio climático, los objetivos de desarrollo del milenio, la igualdad de géneros, la promoción del empleo digno a lo largo de las cadenas de producción trasnacionales y las lecciones que, de cara a una pandemia, se desprenden del brote de ébola.
La mención de estos temas tiene especial relevancia ya que Alemania ocupa este año la presidencia de turno del G7, y tiene previsto ponerlos sobre la mesa a lo largo de los encuentros que está organizando con el resto de miembros de este club de economías avanzada: EEUU, Reino Unido, Japón, Canadá, Francia e Italia.
EFE