Santos no descarta declarar un cese bilateral antes de firmar acuerdo de paz con las Farc en Cuba
–“No he descartado la posibilidad de un alto el fuego bilateral antes de estar de acuerdo en otros puntos”, afirmó el presidente Juan Manuel Santos, quien advirtió, además, que el primer paso para que esto se dé, fue la decisión que anuncio el pasado martes de suspender los bombardeos a los campamentos de las Farc.
El sorpresivo cambio de opinión frente al tema lo estableció el mandatario colombiano en declaraciones al influyente periódico estadounidense The Wall Street Journal.
“El objetivo, claro, es tener un cese al fuego bilateral y definitivo”, señaló Santos al rotativo estadounidense, tras reseñar que no descartaba la posibilidad de un cese del fuego bilateral antes de la firma del acuerdo final.
Pese a que reconoció que “aún tenemos un largo camino por delante”, el presidente Santos aseguró que “estamos mucho más cerca que antes”, haciendo referencia al avance de las negociaciones de paz con las Farc que ya completan más de dos años.
El jefe del Estado destacó los acuerdos parciales alcanzados en tres de los cinco puntos pactados, relativos al plan de desarrollo rural, la participación en política de los desmovilizados y un acuerdo en lucha contra el narcotráfico.
Quedan pendientes los puntos relativos a las víctimas y el fin del conflicto, que en su concepto son los más difíciles para llegar a un acuerdo definitivo.
Las Farc aún no se han pronunciado en torno a la decisión del presidente Santos de suspender los bombardeos a sus campamentos.
En un último comunicado publicado en su página web, los cabecillas del equipo negociador de las Farc en La Habana hacen un resumen de los avances logrados en el ciclo 33 de las conversaciones que terminó esta semana, y por supuesto, relievan l acuerdo en torno al “desminado” del territorio colombiano.
Además, destacan que “la vinculación del gobierno de los Estados Unidos y el inicio de conversaciones directas entre las FARC-EP y las Fuerzas Armadas han dado al Proceso mayor solidez como lo demuestra el Acuerdo Humanitario sobre desminado”.
El texto integral del informe es el siguiente:
El ciclo 33 arrojó un acuerdo humanitario
Durante estos once días de trabajo intenso, dos hechos que ocurrieron fortalecen la confianza en los diálogos de paz: El encuentro cara a cara de las partes enfrentadas directamente en la guerra y el acuerdo humanitario sobre desminado, municiones sin explotar, artefactos explosivos improvisados y restos explosivos de guerra firmado al final del ciclo 33 entre las Delegaciones de las FARC-EP y el Gobierno Nacional.
Diálogo entre guerreros.
Por primera vez en la historia de Colombia un grupo de altos oficiales de las Fuerzas Armadas se reunió con un grupo, igual en número, de comandantes guerrilleros de las FARC-EP. El propósito: trabajar conjuntamente en una propuesta de diseño de cese el fuego bilateral y definitivo y la dejación de armas, en el marco de un pacto de paz.
La representación de las Fuerzas Armadas la integran cinco Generales, un Contralmirante y seis oficiales; por las FARC-EP, dos miembros del Secretariado y otros nueve comandantes, entre ellos tres mujeres.
En la apertura de sesiones de la Subcomisión Técnica, estuvieron presentes los Plenipotenciarios del Gobierno y las FARC, además de los representantes de los países garantes y dos expertos en acuerdos de paz, quienes, en la segunda parte de la jornada, disertaron sobre el fin de la guerra en Guatemala.
Este es un hecho de “importancia excepcional dentro de un proceso excepcional” expresó Humberto De La Calle. El vocero del Gobierno colombiano seguidamente manifestó la necesidad de trabajar con mente abierta, pero sin perder de vista las particularidades del conflicto; a su vez, el jefe de los militares, General Javier Flores, fue contundente al afirmar que “las fuerzas armadas no están fragmentadas sino empoderadas” del propósito de paz, y que “no vinimos a fracasar, vinimos a cerrar este conflicto…”.
El Mensaje de las FARC-EP
El jefe de la Delegación de paz de las FARC-EP, Iván Márquez, al resaltar la importancia del acontecimiento manifestó que hay “algo que nos une y nos susurra desde lo profundo de nuestra historia, que nos dice, que el destino de Colombia no puede ser el de la guerra […] impuesta desde arriba”.
Por su parte el Comandante Carlos Antonio Lozada, jefe de la subcomisión de las FARC señaló: “Como combatientes guerrilleros, acudimos a este encuentro convencidos de que no hay alternativa distinta a la solución política y estamos dispuestos a aportar lo necesario para lograrlo, comenzando por aliviar el dolor y el sufrimiento de la familia colombiana producto de la confrontación armada.”
Rodrigo Sandino Asturias, ex comandante guerrillero de la Unión Nacional Revolucionaria Guatemalteca (UNRG) lo corrobora: “en mi país cuando guerrilleros y militares empezamos a conversar [de forma clandestina], se le dio gran impulso a los diálogos que se sostenían con el gobierno. Hoy, 19 años después de la firma de los acuerdos, quienes tienen grandes intereses económicos en Guatemala incitan y provocan para que se regrese a la violencia; pero han encontrado en los militares una respuesta negativa”.
Desatar los nudos: ¿cómo se juzgará a los militares?
Teniendo en cuenta que el Acuerdo General no contempla una solución de justicia para los militares que resulten comprometidos con crímenes en el marco del conflicto, las FARC-EP propuso el día 5 de marzo, agregar un texto que permite estudiar “medidas que faciliten la reconciliación nacional sobre la base de verdad, justicia, reparación y no repetición” La inclusión en el Acuerdo General estaría sujeta a un acuerdo con el Gobierno Nacional.
El anuncio lo hizo el comandante Carlos Antonio Lozada ante un grupo de periodistas, horas antes de iniciar labores la Subcomisión Técnica. El día anterior –miércoles 4 de marzo- el comandante Joaquín Gómez había tomado la vocería de la Organización insurgente para expresar que el esclarecimiento de la verdad solo es posible si existe voluntad política colectiva para ello, en lo que deben contribuir todos los estamentos y entes sociales, políticos y religiosos y, por supuesto, también las FARC.
Buscando dar pasos en esa dirección, la Delegación de las FARC-EP radicó en la Mesa una propuesta para la creación de la Comisión de Esclarecimiento y No repetición – CENRE, la que debe profundizar en la investigación y construcción de la verdad histórica, con el objetivo de hacer una contribución a los derechos integrales de la víctimas y de proveer condiciones sociales y políticas que garanticen la no repetición de nuevas formas de violencia social y política. Mediante esta comisión se coadyuva a develar la verdad sobre las violaciones graves y masivas a los derechos humanos de la población colombiana.
De cara a las rígidas posiciones del Gobierno Nacional
Se espera que el Gobierno responda de forma positiva a estas propuestas que apuntan a avanzar con mayor celeridad en el logro de un acuerdo final. Pues, en el tema de justicia para los guerrilleros ha tendido toda una “enredadera jurídica” que tiene como objetivo último llevar a la cárcel a los máximos jefes guerrilleros, y otorgar impunidad a los miembros de la Fuerza Pública y a los civiles que resulten responsabilizados de crímenes.
El modelo de justicia que se diseñe para la terminación del conflicto, han dicho las FARC, debe partir del reconocimiento de las FARC-EP como organización político militar. De lo cual se infiere que todo “nuestro accionar guerrillero (…) debe ser valorado en el marco del ejercicio del derecho a la rebelión”; lo que implica la redefinición del delito político, devolviéndole su amplitud y conexidades.
En el mismo sentido, la organización insurgente ha pedido que se tenga en cuenta la función de Estado que ha cumplido por muchos años en extensas regiones del país. A lo largo de su existencia las FARC-EP ha personificado una autoridad legítima para gran parte de la población, regulando la vida social, en cuyo ejercicio ha promulgado normas de convivencia; lo que, junto a la normatividad interna, debe dar lugar a que la justicia que se aplique tenga en cuenta la “juridicidad guerrillera”.
La tercera audiencia de género
El día 6 de marzo fue de intensa actividad de las Delegaciones en La Habana. Mientras en el Palacio de Convenciones deliberaban en su sede los plenipotenciarios de la Mesa; y en la sala de la Subcomisión Técnica lo hacían oficiales de las Fuerzas Armadas y comandantes guerrilleros, muy cerca de allí se realizaba la tercera audiencia de género en el marco de las conversaciones de paz.
El encuentro tuvo lugar en el salón de protocolo de El Laguito y a él asistieron cinco mujeres de igual número de organizaciones femeninas, más un representante de una organización LGBTI.
La comandante Victoria Sandino al intervenir resaltó la importancia de contar con un espacio para el “intercambio de saberes y experiencias exitosas que faciliten la recuperación de prácticas ancestrales […] y el empoderamiento económico, político, social y cultural”. Asimismo manifestó el compromiso de las FARC-EP de incluir en las Conversaciones las observaciones e iniciativas traídas por las organizaciones de mujeres y de diversidad de género.
Acuerdo de desminado
El 7 de marzo finalizó el ciclo 33 con el “Acuerdo sobre limpieza y descontaminación del territorio de la presencia de minas antipersonal (MAP), artefactos explosivos improvisados (AEI) y municiones sin explotar (MUSE) o restos explosivos de guerra (REG) en general”. El proceso de desminado será liderado y coordinado por la organización Ayuda Popular Noruega (APN), quedando abierta la posibilidad de incluir otras organizaciones acreditables o acreditadas en Colombia.
El desminado se realizará por etapas, y las áreas donde se efectuará serán seleccionadas entre el Gobierno y las FARC-EP, empezando por los sitios donde la población civil tiene mayor riesgo de resultar afectada. La información sobre localización de las minas será aportada por el Gobierno, las FARC-EP y las comunidades; los países garantes acompañarán las actividades del proyecto.
Finalmente, en la clausura del ciclo 33 el comandante Iván Márquez señaló la importancia del apoyo internacional ganado por el Proceso de paz, resaltando la visita del Enviado Especial de Washington, señor Bernard Aronson, con quien los comandantes guerrilleros sostuvieron dos encuentros “en los que se desarrollaron conversaciones francas, útiles y productivas, cuyo contenido resolvimos mantener en la reserva”.
La vinculación del gobierno de los Estados Unidos y el inicio de conversaciones directas entre las FARC-EP y las Fuerzas Armadas han dado al Proceso mayor solidez como lo demuestra el Acuerdo Humanitario sobre desminado. El presente contexto es más propicio para encontrar fórmulas a los puntos discordantes que dificultan un mayor avance en los Diálogos, y les resta argumentos a quienes con variados pretextos se oponen a un acuerdo de paz.
Sin embargo, no todo da pie al optimismo. Hay un inmenso riesgo que amenaza con echar a perder la tregua unilateral indefinida decretada por las FARC-EP: la ofensiva de las Fuerza Pública, que ha causado la muerte de más de 20 guerrilleros, durante su vigencia.
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