Cien años de José Barros: El poeta del gran río de la Magdalena a bordo de “La Piragua”
–Alguna vez, el famoso músico mexicano Agustin Lara calificó a Jose Barros como “el más grande compositor de América Latina”. Según quienes lo conocieron, de niño cantaba y le daban una que otra moneda. Pero fue hacia los 12 años cuando comenzó su verdadera carrera, la de compositor y de su inspiración hay más de 800 canciones.
Escribía todos los días, en una rutina que nadie podía interrumpir, al calor de un tinto.
Por su puesto, una de las obras más famosas de José Benito Barros Palomino –identidad completa– es “La Piragua”, que se ha tenido como referente colombiano en el mundo, más que el Himno Nacional.
Compendia una historia basada en un pasaje que le escucho a sus abuelos y que, como todas las demás composiciones, narra episodios sencillos y cotidianos de la vida a orillas del gran río Magdalena.
“Me contaron los abuelos que hace tiempo/ navegaba en el Cesar una Piragua./ Que partía del Banco viejo puerto/ a las playas de amor de Chimichagua”, describe ritmica y candenciosamente esta leyenda.
Tal como lo advierte Veruschka, una de sus hijas, cada una de sus canciones gira en torno a vivencias y especialmente de amoríos.
De esto último fue producto “Momposina”, quien fuera una de sus “tragas”
“Mi vida está pendiente de una rosa,/ Ella es hermosa y aunque tenga espinas /Me la voy a llevar a mi ranchito/ Porque es muy linda mi rosa momposina…”
Fue un aventurero. Hacia los 16 años decidió abandonar su natal Banco para recorrer otros pueblos, no solo colombianos sino también del exterior… Panamá, Chile, Argentina, Brasil y México.
Por ello, además de cumbias y porros, también compuso tangos y rancheras. Quiso emular o ser tan grande como Agustín Lara.
Jose Barros nació el 21 de marzo de 1915, en El Banco, municipio ubicado al sur del departamento del Magdalena, a orillas del gran río del mismo nombre, a 297 kilómetros de la capital Santa Marta, lugar en el que pudo tener contacto directo con las bandas de músicos que tocaban en las fiestas y procesiones religiosas, y vivir de cerca la presencia de las danzas de distintas poblaciones, en especial las de las pilanderas.
En la época de navidad, en los cantos y bailes realizados para la celebración, Barros y sus amigos de la “barra” tenían la oportunidad de acompañar a los grupos de tambora y chandé, y años más tarde, de participar también de los cumbiones que se hicieron famosos en El Banco.
En el cuarto año de primaria Barros abandonó los estudios y desde entonces se dedicó a diversos oficios como embolador, ayudante de viajes a Barranquilla y ripiero, y que alternó -hasta abandonarlos- con el canto, la animación de fiestas y las serenatas, su verdadero oficio y pasión.
En 1971 fundo junto a algunos de sus amigos el Festival Nacional de la Cumbia en su tierra natal; ha recibido múltiples homenajes y reconocimientos, entre ellos la Gran Orden del Ministerio de Cultura en 1999, un homenaje de la Universidad Nacional de Colombia y el Premio Nacional Vida y Obra del Ministerio de Cultura en el 2002.
Entre sus más reconocidas composiciones en diferentes ritmos se encuentran: “El Vaquero” (paseo), “No me dejes esperando” (son), “El guereguere” (gaita), “La piragua” (cumbia), “El lagarto” (merengue), “Dos claveles” (pasillo), “Adiós te digo” (ranchera), “Desgraciadamente” (bolero), “Tu sombra“(vals), “Vivo entre la farra” (tango), ”Cómprame un coco (porro), “Pajarita” (merengue), “Las hilanderas” (paseo), y el vals ”Canta el corazón”.
El maestro murió a los 92 años, el 12 de mayo de 2007.
HISTORIA DE LA CANCIÓN “LA PIRAGUA”
Recorriendo el legado del maestro Jose Barros, encontramos esta historia de “La Piragua”.
En la década de 1960, mientras su vida transcurría en Bogotá, entre la cafetería La Sultana y el bar conocido entre los músicos costeños como el “bar de los meaos”, por su fuerte olor a orines, ubicado en la avenida 19, al lado de la emisora Nuevo Mundo, Barros hizo muchas canciones en los géneros que ya conocía al dedillo. Al mismo tiempo, seguían grabándose versiones de sus temas clásicos, tanto los de música costeña como de los demás géneros. Entre las versiones internacionales cabe destacar las que realizaron las orquestas venezolanas como la Billo´s Caracas Boys, Los Melódicos y La Tremenda, entre otras. No obstante, el auge de la cumbia mantenía en alerta el talento creativo de Barros, quien estaba detrás de conseguir una marca imborrable en la música popular, tal como la había alcanzado veinte años atrás.
Esa marca llegaría con la cumbia “La Piragua”, que Barros terminó en 1969, después de quince años de tener la idea rondándole la cabeza. Un día mientras estaba en el “bar de los meaos”, Barros recordó a un personaje que había llegado a El Banco cuando el tenía unos seis años, proveniente de Girardot. Tenía un bigote delgado y siempre vestía de blanco. Cuando José tenía como quince años llegó a conocerlo personalmente, y el señor siempre le contaba la historia de cómo había construido su canoa grande:
“Antes de llegar a Girardot”, recuerda Barros, “este señor vivía en Chía Cundinamarca. Tenía en la esquina del parque, la casa mas bonita y más valiosa de Chía. La manejaba una niña que parecía un ama de llaves, pero la gente sabía que era moza de él, aunque él lo escondía y la hacía parecer como ama de llaves. Además el señor era dueño de dos casas de palma y un potrerito con unas cuantas vacas. A sus 30 años no había conocido el río Magdalena ni los vapores y tenía una rasquiñita por conocerlos. Vendió todo menos la casa donde estaba la niña. Preparó el viaje sin la autorización ni el deseo de los amigos, amigas, de la mamá y de la moza. Cuando llegó a La Dorada, quedó extasiado viendo el río, tan ancho, tan caudaloso y se enamoró de él. (…) A través de un periódico se enteró que había un pueblo pesquero en el río que se llamaba El Banco. Se trasladó a Girardot conoció al dueño de unos vapores y embarcaciones y le insistió que le enseñara a manejar con timones de pie. Así estuvo bajando un tiempo con mercancías cachacas, y cuando subía llevaba bultos de bagre y otras cosas.
“En uno de los viajes de negocios, Guillermo Cubillos, como era su nombre, conoció a una muchacha más joven que él, en uno de esos almacenes grandes, se enamoró y se casaron, y después se fueron para Chimichagua. Una noche se despertó y le dijo a la mujer: ´mija, no he podido dormir pensando en que quiero tener una canoa grande con un timón de pie, de esos que aprendí a manejar, para llevar gente y carga de aquí al El Banco. Una canoa que no le tenga miedo a la ciénega ni al encuentro de los ríos cesar Y Magdalena´.
“Mandó construir la canoa de 12 metros de largo, con una tolde ovalada de 7 metros para carga y pasajeros. Fue la sensación y todo el mundo llegaba a las playas de Chimichagua a conocerla, pero entonces ya no le llamaban canoa sino la pirgua, porque unos trabajadores le habían puesto toscamente, ´La Piragua´. Salió a sus viajes desde la ciénega de Zapatosa a El Banco. Eso duró un tiempo largo, nueve, diez o más. Luego vinieron las lanchas con motor, que eran más rápidas y más seguras. La Piragua empezó a quedar sola, ahí comenzó a escribir…”:
Me contaron los abuelos que hace tiempo
Navegaba en el Cesar una piragua
Que partía de El Banco, viejo puerto
A las playas de amor en Chimichagua
Capoteando el vendaval se estremecía
E impasible desafiaba la tormenta,
Y un ejército de estrellas la seguía
Tachonándola de luz y de leyenda
(Coro)
“Era la piragua de Guillermo Cubillos,
Era la piragua, era la piragua”
Doce bogas con la piel color majagua,
Y con ellos el temible Pedro Albundia,
En las noches a los remos le arrancaba
Un melódico crujir de hermosa cumbia
Doce bogas ahora viejos ya no reman
Ya no cruje el maderamen en el agua
Solo quedan los recuerdos en la arena
Donde yace dormitando la piragua
HOMENAJE GUBERNAMENTAL
La víspera, el presidente Juan Manuel Santos rindió un homenaje al maestro José Barros, en el mismo municipio de El Banco, declarando este 2015 como ‘El Año José Barros’.
Al efecto, Santos en su intervención comenzó diciendo “Me contaron los abuelos que hace tiempo nació un hombre que fue un río… porque hay hombres que nacen junto a un río, hay quienes viven en su ribera, pero José Barros, el gran compositor colombiano, fue más que eso: él mismo fue un río”.
“¡Cómo no rendir homenaje a José Barros, el juglar del Magdalena, en el centenario de su nacimiento! ¡Cómo no recordarlo si sus canciones forman parte de nuestra historia, de nuestra sangre, de nuestra memoria! Por eso decidimos, con el Ministerio de Cultura, que este año sea ¡EL AÑO JOSÉ BARROS! ¡Y qué mejor lugar para lanzarlo que en su querido municipio de El Banco!”, indicó el Presidente Santos.
Además anunció que “vamos a promover la obra del maestro Barros por todo el país, para que todos la conozcan y la quieran. Vamos a apoyar –con el Ministerio– la realización del vigesimoprimer Festival Nacional de la Cumbia ‘Centenario Natalicio de José Barros’, en esta población, un festival que él mismo ayudó a fundar. Y vamos a impulsar –con la Alcaldía de El Banco– la creación del Centro Documental José Barros, aparte de publicaciones sobre la vida y obra del maestro”.
“Lo hacemos porque su música nos llegó al alma y se quedó en el alma. Lo hacemos porque su río, el Magdalena –que estamos empeñados en recuperar, y vamos a recuperar– es el agua vital de nuestro territorio. Lo hacemos, en fin, para que el pescador, el personaje de siempre de las canciones de Barros, siga hablando con la luna, siga hablando con la playa, para que el pescador sí tenga fortuna y no solo su atarraya”, puntualizó el Presidente de la República.
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