Por:Gabriel Ortiz
BLANCO Y NEGRO
El hombre de izquierda, el alumno aventajado de Chávez, el defensor de su familia política, ese inquisidor implacable, el que muchos creían defensor de la sociedad, de la clase media y de los desposeídos, quiere ahora despojar de vivienda a quienes tras una vida de trabajo lograron obtener un techo.
Curioso que mientras el gobierno nacional adelanta programas para dotar de casa propia a los colombianos, sí, ese mismo gobierno que el pupilo de Chávez y Maduro tacha de oligarca, abuse de su autoridad para quitarle las habitaciones a quienes van empobreciendo por culpa de sus alcaldadas, porque va tras ellas. Al que no pague valorización o predial se las embargan y rematan.
El llamado Impuesto Predial Unificado, es prueba de ello. Petro, el falso redentor de los bogotanos, elevó este año el impuesto predial, a unos niveles insospechados, con la falsa premisa de que la vivienda se ha valorizado sorprendentemente. Incrementó ese impuesto en 30, 50 y hasta en un 100 por ciento, mientras los salarios solo se reajustaron en 4,6%. Quién puede creer que una ciudad en donde la calidad de vida se deteriora a marchas aceleradas, cuyos barrios se deprimen por la proliferación de locales comerciales y vendedores ambulantes, zonas verdes deterioradas y en poder de drogadictos, sin escuelas ni guarderías suficientes, pueda valorizarse algo. No existe seguridad, roban apartamentos, residencias y hasta el cabello de las mujeres.
Hemos llegado a los niveles más bajos que exhiba villorrio alguno. La malla vial no existe y la torpeza con la que se maneja la movilidad, desespera a todo el mundo. Entre tanto hay 3 billones de pesos en los bancos. Allí duermen el sueño eterno, mientras esquilman a los bogotanos con exagerados impuestos. ¿Para qué?
Ya nadie quiere habitar en la ciudad que se consideraba el mejor vividero del mundo. Se cuentan por millares las personas tratan de vender sus casas a precios irrisorios para salir de este atolladero. Petro no vive en Bogotá y solo conoce los suculentos precios de las urbanizaciones que construyen sus cuñados, violando las normas urbanísticas.
La ciudadanía debe reaccionar con energía y hacerse sentir. Esperar un nuevo alcalde que la salve del peor burócrata que haya desgobernado la Capital. La consigna es no pagar el predial.
BLANCO: Por fin avanzaremos en calidad educativa. Bien Gina.
NEGRO: Una buena: Petro no podrá hacer el negocio del metro.
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