Esfuerzo de la Ciencia por conocer el origen de la vida: «La Maquina de Dios» entró en funcionamiento
La “Máquina de Dios”, el mayor acelerador de partículas del mundo volvió a funcionar después de dos años de reparaciones. El acelerador fue fundamental en el descubrimiento del Bosón de Higgs, o “La partícula de Dios”, una partícula subatómica que pretende explicar el origen de la masa de las partículas elementales, es decir, develar el secreto de origen de la vida.
En esta nueva etapa de operaciones, el acelerador mejorado podrá utilizar toda su capacidad en favor de la física en el periodo comprendido entre 2016 y 2018, durante el cual pretende arrojar luz sobre la composición de la materia oscura.
El LHC es la máquina más potente que existe, con imanes conductores que funcionan a modo de pilas, y su energía almacenada equivale a la de un portaaviones desplazándose a 43 kilómetros por hora o a la de un avión Airbus 380 volando a setecientos kilómetros por hora.
Científicos del CERN se preparan para disparar los primeros rayos de partículas a través del túnel de 27 kilómetros del acelerador de partículas más grande del mundo, por debajo de la frontera entre Suiza y Francia, cerca de Ginebra.
Además, prometen casi el doble de energía y choques de partículas mucho más violentos para esta ocasión. Esperan que los choques, que podrían ser lanzados en junio, permitan observar el universo oscuro nunca antes visto.
El acelerador tiene la forma de un anillo de 27 kilómetros de circunferencia y se encuentra dentro de un túnel localizado a unos ochenta metros bajo tierra, en la frontera de Suiza y Francia.
Para funcionar requiere estar a una temperatura de 217 grados centígrados bajo cero, más baja que la del espacio, y que se consiguió a finales del año pasado.
En 2012, el LHC permitió uno de los mayores descubrimientos realizado hasta la fecha en el mundo de la física: demostrar empíricamente el Bosón de Higgs, lo que confirmó el Modelo Estándar en el que se basa la física de partículas. El Bosón, además, ayudó a explicar cómo los objetos tienen masa, y es considerado un elemento clave de la estructura fundamental de la materia, conocido como la «partícula de Dios».
El CERN gastó cerca de 150 millones de dólares para mejorar la maquinaria durante su período de inactividad. “Es casi una máquina nueva”, comentó Rolf Heuer, director del Cern. “Tiene el poder para derretir 500 kilos de cobre. Y dos rayos juntos, una tonelada de cobre», explicó.
El colisionador tiene la particularidad de poder hacer chocar entre sí dos haces de protones acelerados en sentidos opuestos al 99,99 por ciento de la velocidad de la luz, produciendo altísimas energías (aunque a escalas subatómicas) que permitirían simular algunos eventos ocurridos inmediatamente después del Big Bang.
El acelerador de partículas se puso finalmente en marcha después de que un cortocircuito obligara a detener la operación el pasado 21 de marzo. En los próximos años se espera encontrar por primera vez pruebas concretas de la existencia de la denominada materia oscura, así como información sobre su composición elemental.
Fuente: agencias