El vocero del Ministerio del Interior de Kenia, afirmó que uno de los cuatro hombres armados que perpetraron el brutal ataque contra una residencia estudiantil de la Universidad de Garissa, en Kenia, que hasta el momento, según el último reporte de las autoridades, dejó, 148 personas murieron, 80 más resultaron heridas y 533 están desaparecidas, era hijo de un funcionario del gobierno.

El keniano, Abdirahim Abdullahi fue identificado como uno de los hombres armados que sin mediar palabra atentó contra estudiantes residentes en el campus universitario de Garissa, en Kenia.

El padre del joven, y funcionario del Gobierno en la región de Mandera, había indicado a las fuerzas de seguridad que su hijo había desaparecido de casa y estaba ayudando a la policía a localizar a su hijo cuando sucedió el asalto” explicó el Ministro del Interior de Kenia, Mwenda Nkoja. Según un funcionario de Garissa, el Gobierno estaba al corriente que Abdirahim se había unido a la milicia somalí Al Shabab después de graduarse en Derecho en la universidad de Nairobi, en 2013.

Las autoridades kenianas tratan de identificar también los otros tres cuerpos de los asaltantes hallados el jueves tras 16 horas de asedio a la universidad de Garissa, al este de Kenya. En el ataque murieron 142 estudiantes, tres policías y tres militares.

El presidente Uhuru dijo ayer que quienes planearon y financiaron los ataques islamistas estaban “profundamente integrados” en la comunidad de Kenya e instó a los musulmanes a hacer más para luchar contra la radicalización.

Ali Roba, gobernador de Mandera, dijo que Kenya tenía un “enorme problema de radicalización, no sólo en el norte, sino en todo el país”.

Al-Shabaab dijo que el ataque en Garissa fue una venganza por el envío de tropas keniatas a Somalia para luchar junto con la Unión Africana contra la milicia islamista. El grupo alineado con Al-Qaeda ha amenazado con teñir más ciudades de Kenya “de rojo sangre”.

La policía aumentó la seguridad en centros comerciales y edificios públicos en Nairobi y en la costa este, donde son más vulnerables a los ataques de Al-Shabaab.

Las autoridades han declarado tres días de luto nacional y han exhibido los cuerpos abatidos de los asaltantes muertos, cargados en la parte trasera de un vehículo abierto.

Casi 700 estudiantes abandonaron el sábado el campo militar de Garissa en una triste caravana de 13 autocares. Supervivientes y testigos de la matanza que dejaban atrás su universidad, su residencia y los amigos asesinados.

El atentado más mortífero en Kenia fue el de la Embajada de Estados Unidos en Nairobi, el 1998, pero Al Shabab no existía entonces. El ataque de Garissa, con 148 muertos, es la masacre más mortífera de la milicia somalí en territorio keniano.

La milicia yihadista somalí Al Shabab nació como el brazo minoritario radical de la Unión de Tribunales Islámicos, una alianza de organizaciones islámicas que fue ganando terreno y poder en Somalia. En 2006 las tropas etíopes entraron en Somalia y eliminan aquellos tribunales, pero no Al Shabab, que ganó adeptos y se escoró hacia el extremismo y la violencia.