El partido Republicano de EE.UU. tiene un nuevo aspirante a convertirse en su candidato a la presidencia del país: el senador por Florida, Marco Rubio. Según ha informado la agencia AP, Rubio anunció hoy su decisión de competir por la Casa Blanca.
Será en la Torre de la Libertad de Miami -lugar al que llegaban en los años 60 los refugiados cubanos que huían de la isla tras el triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro- donde Rubio anunció que se convierte en el tercer candidato republicano, sumándose así a Ted Cruz y Rand Paul.
El escenario para tan importante anuncio no es casual, puesto que Rubio, de 43 años, es hijo de emigrantes cubanos. Sus padres abandonaron la isla tras llegada de Fidel Castro al poder, en el año 1956. Precisamente una de sus posturas más firmes es la que presenta respecto a un acercamiento de EE.UU. con Cuba, a lo que se opone totalmente. De hecho, ha tachado de «ridícula» la posible salida de este país de la lista de los que patrocinan el terrorismo y lo ha atribuido a que lo que pretende Barack Obama es dejar «un legado». «No tiene sentido. No veo cómo se puede ser razonable sacarlos fuera de la lista, a menos que no sea por el deseo del presidente (Obama) de lograr un tema para su legado que le permita decir que abrió el país hacia Cuba y cambió cincuenta años de política», explicó el pasado sábado.
Pero lo que también es Rubio en el seno de su partido es, desde hace años, una estrella emergente. A medida que su persona adquiría notoriedad, se le comparaba con el propio Obama y la magia con la que este conquistó en el año 2004 a los asistentes a la convención demócrata celebrada en Boston. Dicha admiración -y de paso esperanza por lograr una auténtico protagonista para el partido- se materializó en el hecho de que Rubio fuera elegido en febrero para dar la réplica del partido en oposición al discurso anual del presidente de Estados Unidos sobre el estado de la Unión. Sus afines ven en él una persona capaz de proyectar ideas nuevas y, dada su herencia cubana, una opción para acercarse al importante voto latino en inglés y en español.