La Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo, SCMT, lanzó la campaña Colombia libre de influenza, un compromiso de todos con el objetivo de unir al sector público y privado para luchar contra los brotes de esta enfermedad, teniendo en cuenta el riesgo que ésta trae para la vida de las personas, sus compañeros y sus familias.
Alrededor de 50 grandes empresas del país como Dupont, Cemex, Procter & Gamble, Almacenes Éxito, Acueducto de Bogotá, BD, Occidental de Colombia, así como representantes importantes hospitales y clínicas del país, se dieron cita para unirse a la iniciativa.
Esta campaña tiene el propósito de hacer un llamado a la opinión pública, profesionales de la salud, empleados, compañías, empleadores y demás sujetos activos de la comunidad a que prevengan esta enfermedad y se vinculen a esta iniciativa en pro de una Colombia Libre de Influenza.
Así, los representantes cada una de las empresas asistentes firmaron este compromiso y se unieron a dicha iniciativa que busca reducir los casos de contagio por influenza y el impacto que tiene esta enfermedad en la vida diaria de los colombianos.
Durante las epidemias, aumenta exponencialmente el ausentismo laboral y también el presentismo con bajo rendimiento a causa de los síntomas, algo que causa importantes perjuicios a las empresas[2] Los trabajadores saludables, en promedio, se ausentan de sus trabajos entre 1 y 5 días con síndrome gripal[3].
En América Latina, un meta-análisis que incluyó 31 estudios concluyó que el síndrome gripal fue diagnosticado en 36.080 personas por 100.000 y que el costo de atención por hospitalizaciones promedio los USD 575[4].
A pesar de que la influenza generalmente, no causa mayores complicaciones entre los adultos jóvenes sanos, se estima que la mayor parte de los gastos asociados a esta infección se deben al ausentismo laboral. Varios estudios comprobaron que la vacunación de los trabajadores es una medida costo efectiva tanto desde el punto de vista económico como social [5],[6].
Según los estudios, el virus de la influenza es una de las principales causas de ausentismo laboral y provoca entre el 10% y el 12% de las bajas por enfermedad. En consecuencia, los trabajadores faltan al trabajo cinco días al año por esta enfermedad.
A los gastos sanitarios derivados del tratamiento de la enfermedad, se suman los costos de las bajas laborales, lo que representa una considerable carga económica anual, tanto en términos directos sobre la salud, como indirectos por la pérdida de días laborables, cercana a los 70 millones de horas de trabajo.
De acuerdo con la OMS, se calcula que por cada dólar invertido en prevención contra la influenza, existe un ahorro de 60 dólares que se invertirían en tratamientos contra este mal que no distingue entre edad, sexo o campo laboral, por lo que las empresas deben permanecer en alerta y brindar a su personal la inmunización contra el virus de la influenza.
Sobre la influenza
La influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta durante la época invernal en forma aguda, con fiebre mayor a 38 grados, tos, congestión nasal, fatiga, dolor de garganta, de cabeza y muscular.
El contagio es muy fácil, se produce a través de gotitas de saliva de una persona a otra, y también al tocar superficies de objetos que contengan virus.
Si bien en la mayoría de los casos los síntomas desaparecen al cabo de cinco a siete días, en ocasiones la enfermedad viral se agrava y requiere que el paciente sea internado, incluso, en unidades de cuidado intensivo.
Entre las complicaciones más frecuentes de la influenza figuran la neumonía bacteriana, la sinusitis, la otitis y ciertas patologías cardíacas (miocarditis, pericarditis). La influenza cada año provoca hasta 500.000 muertes en el mundo. El 90% de las muertes por influenza se producen en mayores de 65 años.
Vacunación
Las vacunas trivalentes clásicas contienen dos cepas del virus de la influenza A y una cepa del virus B. Sin embargo, desde el año 2001, hay dos familias del virus B circulando simultáneamente en el mundo.
Para subsanar este problema, se desarrollaron recientemente vacunas cuadrivalentes que contienen dos cepas del virus B y dos cepas del virus A y que, por lo tanto, ofrecen una amplia cobertura frente a la influenza.
La cepa B representa hasta 40% de las cepas circulando y afecta en particular a niños y adultos jóvenes. En Estados Unidos en 2013 y 2014 fue responsable de la mayoría de las muertes en poblaciones infantiles. La cepa B es frecuente, impredecible, y ocasiona consecuencias graves.
Es importante tener en cuenta que como los virus de la influenza mutan continuamente, dando origen a distintas cepas, las vacunas deben adaptarse a estos cambios y las personas deben recibir cada año una dosis actualizada. En 2012, la OMS recomendó las vacunas cuadrivalentes. A partir de 2013, la vacuna cuadrivalente comenzó a utilizarse en los Estados Unidos para mejorar la protección en niños y adultos, y para reducir los casos de enfermedad y muerte asociados a la influenza B.
La vacuna cuadrivalente está indicada a partir de los 36 meses de edad y, especialmente, para quienes tienen mayor riesgo de complicaciones y muerte. Entre las personas con alto riesgo figuran: niños menores de cinco años de edad y adultos mayores de 65 años, embarazadas, obesos, personas inmunosuprimidas, pacientes con enfermedades crónicas (por ejemplo, asma, diabetes, patologías cardiovasculares, pulmonares, renales) y personal de salud.
Las vacunas son la forma más eficaz y segura de prevenir la enfermedad y de disminuir las complicaciones, las hospitalizaciones y las muertes por influenza. Un estudio reciente en Estados Unidos mostró que la vacuna contra la influenza redujo un 74% el riesgo de admisión de niños en terapia intensiva entre los años 2012 y 2014. Otro estudio mostró que la vacunación se asoció con un 71% de disminución en las hospitalizaciones de adultos en la temporada de influenza 2011-201