–El exdirector del DAS Andrés Peñate reafirmó que nunca recibió ordenes, ni tampoco las impartió, para que se realizaran chuzadas ilegales para perseguir o acosar a opositores o criticos del gobierno o a miembros de otras ramas del poder público.

Además, Peñate negó haber admitido ante la Corte Suprema de Justicia haber realizado actos ilegales durante el tiempo que ocupó la dirección del organismo de inteligencia, esto es, entre noviembre de 2005 y agosto de 2007, en remplazo de Jorge Noguera, también procesado por las chuzadas.

Las precisiones las hizo Peñate, para rectificar una información de un diario de la capital, en un comunicado cuyo texto es el siguiente:

“Con respecto a lo publicado por el diario El Tiempo en su edición del domingo 3 de mayo en el artículo titulado “Se abre posibilidad de segundo capítulo en chuzadas del DAS” , me permito hacer los siguientes comentarios y precisiones:

1. No es cierto, como lo afirma el mencionado artículo, que yo haya admitido haber realizado “actos ilegales para conocer secretos o desprestigiar opositores y críticos del Ejecutivo en los años 2007 y 2008”.

2. El Tiempo afirma, además, que la fuente de esta aseveración es la Corte Suprema. Sin embargo, después de revisar las 277 páginas del fallo reseñado en el artículo no pude encontrar una sola línea que permita llegar a esta conclusión.

3. El fallo también afirma que la Corte, debido a declaraciones de algunos involucrados que me señalan como incurso en presuntas acciones de inteligencia ilegal, ha decido informar a la Fiscalía para que si lo considera procedente inicie la respectiva investigación.

4. Durante los últimos cinco años he acudido a todos los llamados que la Fiscalía me ha hecho relacionados con las declaraciones arriba mencionadas. He respondido todas sus preguntas de manera amplia y sin ampararme en reservas de ningún tipo. Reitero aquí lo dicho bajo juramento: en ningún momento recibí, ni emití, ni toleré ordenes que hicieran que el DAS pudiese ser usado como una “policía política” para perseguir o acosar opositores, disidentes o críticos del gobierno, o a miembros de otras ramas del poder público, en virtud de sus supuestas simpatías o malquerencias con el gobernante de turno.

5. Respeto y acato, como es mi obligación, la decisión de la Corte pues soy el principal interesado en que se determine la verdad plena de los hechos. Y reitero una vez más mi disposición de acudir al llamado de la justicia para esto.