–Avalado por las firmas de los capitalinos, Enrique Peñalosa lanzará su candidatura a la alcaldía de Bogotá, según lo confirmó en las últimas horas, tras advertir que decidió no sustentar su aspiración con ningún partido porque, aseguró, “es un proyecto que va más allá”, sobre todo “con gente sin partido que quiere el cambio”.

Además, Peñalosa, quien rigió los destinos de la capital colombiana en el periodo 1998-2001, oficializó su propósito de buscar su retorno al segundo cargo más importante del país, haciendo propuestas y desmontando lo que los últimos alcaldes han prometido, sin cumplirlo. Este es el caso del “metro” para la capital colombiana, sobre el cual plantea que debe ser “elevado” y no subterráneo, como lo ha proyectado Gustavo Petro.

“Una de las razones por las que proponemos metro elevado, es evitar riesgos de enormes sobrecostos de subterráneos. Con devaluación ocurrida, metro subterráneo cuesta $ 20 billones. Con sobrecosto 100%, quiebra ciudad por 50 años”, escribió Peñalosa en su cuenta en Twitter poco después de las declaraciones que concedió al diario “El Tiempo”, en las cuales confirmó su candidatura.

“Más seguridad es esencial para que ciudadanos con carro usen transporte público y bicicleta y así mejore tráfico”, planteó también.

Sobre la decisión de lanzar su aspiración, Peñalosa admitió que tuvo mucho que ver la última encuesta sobre la intención de voto de los bogotanos, en la cual resultó ganador sobre los candidatos Rafael Pardo y Clara López.

Además señaló:

“Bogotá está en crisis y necesita de todos los que queramos aportar para que salga hoy adelante. Toda mi vida he estudiado, recorrido y querido esta ciudad, y además he trabajado en el mejoramiento de ciudades en el mundo entero. Quiero trabajar para que en Bogotá se pueda vivir sin miedo, movilizarse cómoda y rápidamente, para que atraiga turistas e inversionistas y genere buenos empleos”.

Y el por qué a través de firmas, dijo: “Respeto los partidos, pero este es un proyecto que va más allá. Aquí hay gente de Cambio Radical, del Verde, liberales, de ‘la U’, y sobre todo gente sin partido que quiere el cambio”.

De otro lado, admitió que su propósito es parar a la aspirante de la izquierda Clara López:

“Porque es más de lo mismo. A la ciudad le ha ido mal con los gobiernos de Samuel Moreno, Clara López y Gustavo Petro, y hay que cambiar la manera de gobernar”, dijo y complementó:

“Clara López fue la mano derecha de Samuel Moreno desde el comienzo de su gobierno hasta que este salió suspendido, y lo defendió hasta el último minuto. Cuando gobernó como encargada, mantuvo el mismo equipo de Moreno. Solo estuvo fuera del gobierno Moreno cuando fue candidata a vicepresidenta de Gustavo Petro”.

Al efecto, hizo un llamado a la unión “a Marta Lucía Ramírez, a William Vinasco, a los ‘verdes’, Rafael Pardo… A quienes no quieran más de lo mismo” y planteó la contratación de unas encuestas, por ejemplo, en agosto, y mediante ese mecanismo “se escoja a aquel que en ese momento tenga mayores posibilidades de ganar… Para, desde ahora, hacer una campaña juntos, y después, gobernar juntos…”

Le preguntaron a Peñalosa que pasaría si Rafael Pardo dice que no hará ningún acuerdo que incluya la posibilidad de retirarse y respondió: “El Equipo por Bogotá es imparable. De los cuatro que nos dividimos la vez pasada ya estamos tres unidos, y la cuarta, Gina, no puede porque está en el Gobierno. Yo espero que Pardo, si está comprometido con Bogotá, priorice el cambio”.

Sí o no: ¿existe el peligro de que Peñalosa y Pardo lleguen a la recta final enfrentados entre sí y contra Clara López?

Por ahora prefiero ser más optimista. Por mi parte, he dicho en todos los tonos que estoy dispuesto a apoyar a Pardo, si él acepta cualquier medio objetivo para seleccionar al candidato más viable.

¿Por qué no ahorrarse ese esfuerzo y apoyarlo de una vez a él?

Es que nosotros no estamos pensando en qué es más justo para Pardo o qué es más justo para Peñalosa, sino en qué es lo que es más justo y necesita Bogotá. Para los ciudadanos que cada día están más agobiados por malos gobiernos.