–Orgulloso de haberse sacrificado y haber evitado posiblemente la muerte de muchos niños, se declaró el cabo del Ejército colombiano Edward Ávila Ramirez, quien perdió las piernas al pisar una mina sembrada por terroristas del grupo guerrillero autodenominado Ejército de liberación nacional, Eln, en un terreno que estaba destinado para un parque infantil, que precisamente el militar ayudaba a construir, en pleno casco urbano del municipio de Convención, Norte de Santander. Además, una de las extremidades del militar fue exhibida como trofeo por los guerrilleros.

“En el cumplimiento de mi misión, salvé a los niños”, declaró el suboficial, quien advirtió que no quería pensar sobre qué hubiera pasado si alguno de los menores, jugando en la zona, hubiera pisado el explosivo.

“Este es el sacrificio que me tocó ofrecer a mí y estoy orgulloso porque lo hice por mi Patria”, precisó Ávila Ramirez en el Hospital Regional Militar de Bucaramanga, al cual fue trasladado luego de un primer procedimiento quirurgico que se le practicó en la Clínica Chicamocha, luego de ser traido en helicótero del sitio donde ocurrieron los hechos.

El cabo Ávila Ramírez, de 26 años, oriundo de la ciudad de Armenia, Quindio, casado y padre de una niña de 8 años que cursa tercero primaria, era el jefe del grupo de explosivos y demoliciones de la Brigada 30 del Ejército y como tal iba al frente de una operación de registro de la zona donde se iniciaba la construcción de un parque infantil, en plena área urbana del municipio de Convención, cuando pisó la mina.

El cabo contó que estaban realizando un procedimiento para el “despeje” de la zona, para la seguridad de los soldados que estaban construyendo el parque y como a unos 100 metros de una de las viviendas del pueblo, junto a un platanal y unas matas de cacao, pisó la mina.

“Recuerdo que una vez quedé tendido en el piso me vi los pies destrozados y ahí mismo mis hombres me auxiliaron y me sacaron de la zona”, advirtió.

Inmediatamente el uniformado fue evacuado en helicóptero hasta la sede de la Quinta Brigada del Ejército, en Bucaramanga, de donde fue llevado a la Clínica Chicamocha donde le practicaron los primeros procedimientos quirúrgicos.

“En el cumplimiento de mi misión salvé lo más importante… a inocentes que no tienen nada que ver con el conflicto armado”, afirmó el cabo en referencia a los niños que hubieran podido caer por causa de los explosivos sembrados por la guerrilla en el sitio.

Al efecto, se refirió a los terroristas causantes del hecho: “Son unos animales y salvajes. Carecen de todo principio y valor, qué más se les puede decir a estos sujetos que no tienen conciencia para hacer un daño como este. Son animales y creo que con eso estoy ofendiendo a los animales por esta comparación”.

Frente a los estragos que le causó el explosivo precisó: “Lamentándome no me van a salir de nuevo las piernas”.

Y añadió: “Mi sueño es poder volver a caminar, tener mis prótesis, tengo que hacer planes con mi familia y mirar qué metas me puedo planear para mi futuro porque apenas tengo 26 años. Eso sí, uno de mis sueños es recorrer Suramérica en motocicleta y viajar por Europa con mi esposa y mi hija. Claro que antes hay que pensar en tener una casa propia y un carro para poder transportarme”.

Coincidencialmente la desgracia le vino el día que cumplió 26 años. “Nunca voy a olvidar el 6 mayo. Primero porque es mi cumpleaños y segundo porque cada año que pase recordaré que en esa fecha perdí mis piernas”, afirmó.