A propósito de la tragedia de Salgar: La sociedad colombiana no es consciente de las amenazas de catástrofe
–La sociedad colombiana no es consciente de las amenazas de catástrofe. Esto se evidencia cuando algunas personas ocupan riberas de quebradas y cuando las autoridades no son lo suficientemente efectivas para impedirlo”, afirma Jaime Ignacio Vélez, docente de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, sede Medellín, a propósito de la tragedia causada por la avalancha de la quebrada “La Liboriana” en el municipio de Salgar, Antioquia.
“El problema de los desastres es que se desconoce su historia y solo cuando suceden, las autoridades del orden departamental y nacional hacen frente y hablan de una última vez, pero siguen ocurriendo porque en el país no hay una política preventiva”, asegura Albeiro Rendón Rivera, también docente de la misma Facultad consultado por la Agencia de Noticias de la U.N.
Añadió que “tragedias como estas no son nuevas y lo que más preocupa es que en Antioquia hay muchos municipios con una situación parecida a la de Salgar”.
En opinión del profesor Rendón, en lo ocurrido en este municipio del suroeste de Antioquia, convergen varios factores: “Por un lado, están las condiciones naturales que, en este caso, tienen que ver con la lluvia; por otro lado, están las condiciones geológicas y de uso del suelo de la cuenca; y finalmente está el ordenamiento del territorio”.
Ambos docentes, Vélez y Rendón coincidieron en señalar que la zona del desastre en Salgar debía estar tipificada en el plan de ordenamiento territorial (POT) como de alto riesgo, por lo cual debieron ser reubicadas las viviendas.
Una avenida torrencial, nombre con el que se conoce en términos geológicos lo ocurrido en Salgar, es una concentración de agua en un periodo corto.
“Estamos frente a un evento en el que es supremamente complicado responder a una alerta temprana y más cuando el país, particularmente Antioquia, no tiene un estudio serio sobre este tipo de fenómeno”, anota Rendón.
Para el profesor Jaime Ignacio Vélez, la sociedad colombiana no es consciente de las amenazas de catástrofe y por ello muchas personas ocupan riberas de quebradas y ríos y las autoridades no son lo suficientemente efectivas para impedirlo.
Velez agrega que la educación a la población también es un asunto que cobra relevancia ante una tragedia de esta envergadura. Si bien hay problemas de gobernanza y las autoridades deben asumir la responsabilidad, “cuando esto ocurre es bueno hacer pensar a la gente que somos susceptibles a estos desastres y que la comunidad también debe promover soluciones”.
“El problema de los desastres es que se desconoce su historia y solo cuando suceden, las autoridades del orden departamental y nacional hacen frente y hablan de una última vez, pero siguen ocurriendo porque en el país no hay una política preventiva”, asegura Rendón.
Advirtió que aunque el Gobierno ha hablado de reconstrucción de las viviendas, por ahora lo que está claro es que las medidas a tomar deben comprender tanto reconstrucción como relocalización, dadas las condiciones de la zona de la tragedia.
Asimismo, el profesor Albeiro Rendón Rivera, subraya que todos tenemos que saber que eventualidades como esta se pueden evitar, pues los municipios tienen un instrumento técnico llamado POT, que identifica debidamente los espacios de riesgo y el número de familias que habitan la zona.
Por su parte, el profesor Vélez considera que la mejor manera de prevenir es haciendo la tarea de delimitar bien las rondas hídricas, zonificar los espacios de amenaza y educar a la gente.
“Es cuestión de voluntad política y de consciencia y educación en el tema”, coincidieron en señalar los expertos.
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