–Este lunes, en Armenia, Quindio; Tunja, Boyacá y Bosconia, Cesar, realizan marchas los cafeteros, lecheros, azucareros y paneleros para protestar contra el gobierno del presidente Juan Manuel Santos por incumplir los compromisos asumidos con el sector agropecuario. Será un anticipo al nuevo paro nacional agropecuario que se realizará en la tercera semana del mes de julio próximo, según lo anunciaron estos gremios del sector rural.

“Este 22 de junio convergen en Armenia, la capital del Quindío, delegaciones de cafeteros, arroceros, paneleros y otros productores rurales que desde la región central del país, manifestarán su inconformidad con las políticas gubernamentales y los incumplimientos de buena parte de los acuerdos firmados por el gobierno durante los paros agrarios de 2013”, señaló la organización “Dignidad Agropecuaria”, promotora de las movilizaciones.

Los voceros de esta organización señalaron que el nuevo paro nacional agropecuario es un hecho para la tercera semana de julio.

En lo que tiene que ver con los caficultores, representantes provenientes de los 15 departamentos productores de café se concentrarán en Armenia. En el comunicado, afirman que en el caso del café, el precio de compra ha disminuido de 815 mil pesos la carga a principio de año, a 650 mil pesos en junio, valor insuficiente para cubrir los costos de producción, por lo que se debe reactivar el PIC. A lo anterior debemos sumar que Santos ha decidido emprender un ataque contra la institucionalidad cafetera y la garantía de compra, acabando así el último gran apoyo al café colombiano, subrayan.

Además señalan que “hoy los altos costos de los insumos, la carencia de subsidios y la casi inexistente política crediticia, afectan sectores agrícolas productivos del país como el lechero, el arrocero y el panelero”.

Agregan que grandes industrias lecheras han anunciado la reducción, tanto de precios de compra como de producto de acopio, puesto que según ellos, no tienen la capacidad para almacenar la producción de los lecheros colombianos. Hasta ahí la situación ya es grave, pero se convierte en un ataque frontal del gobierno, cuando se pone todo a disposición para aumentar las importaciones de productos lácteos y sus derivados. En zonas de Boyacá se paga 350 pesos por el litro de leche, lo que tiene en riesgo de desaparecer a más de 90 mil productores de la zona. Con estas medidas, el gobierno sentencia la quiebra de los campesinos que tienen su sustento diario en la producción lechera, pero también la de las medianas y grandes industrias Nacionales, pues el sector ya no es sostenible.

“Ésta situación es la realidad de millones de campesinos colombianos de diferentes sectores que están en crisis, por eso nos estamos organizando y le recordamos al presidente Santos que al agro no se le incumple, que el sector rural tiene dignidad y de manera pacífica pero contundente haremos saber al país nuestra compleja realidad”, precisan.