Tema del Día

Uribe reconoce un cambio del gobierno en proceso de paz “que da asomos de tranquilidad”

URIBE- SENADO 1–Tras el pronunciamiento del jefe del equipo negociado del gobierno Humberto de la Calle Lombana de que no permitirá impunidad y que se exigirá la entrega de armas en caso de firmarse un acuerdo con las Farc, el expresidente y senador Alvaro Uribe Vélez afirmó: “Tengo que reconocer que al escuchar al doctor De la Calle hay un cambio, que da asomos de tranquilidad”.

“A mí me gusta lo que los voceros del Gobierno esta noche dijeron. Yo creo que hay un cambio de discurso entre lo escuchado esta noche y lo que hemos escuchado muchas veces, ya se está hablando con más claridad de la entrega de armas y se ha dejado la palabra dejación”, expresó Uribe Vélez en una extensa intervención en desarrollo del debate realizado en el Senado sobre el proceso de paz, en el que además de De la Calle, intervinieron los ministros del Interior y de Defensa, Juan Fernando Cristo y Luis Carlos Villegas, respectivamente, para defender los diálogos de La Habana.

Uribe Vélez aclaró: “Nosotros no nos oponemos a que se negocie, siempre hemos dicho que aún si quienes cometen acciones terroristas cumplen unos requisitos, no nos oponemos al diálogo”.

No obstante, reiteró sus críticas por determinadas situaciones que el gobierno ha permitido en desarrollo de las negociaciones en La Habana, entre ellas el deterioro de la seguridad.

“La seguridad la tiene que liderar el Presidente de la República; con todo respeto creo que los colombianos -muchos- percibimos que no ha habido liderazgo de la seguridad”, dijo.

Además advirtió: “Hemos tenido un crecimiento de la inseguridad en tregua y sin tregua. Por ejemplo, en tregua ha venido aumentado la presencia de estos grupos en muchos de los municipios en los cuales habían sido desplazados”.

Igualmente reprochó el hecho de que el gobierno no haya exigido a las Farc un cese unilateral con concentración y verificación internacional.

Según el exmandatario, una tregua sin concentración es un engaño. “Con esto las Farc ganarían porque la Fuerza Pública no irá a atacarlas y ganarían legitimidad”, afirmó.

Los términos de la intervención del senador Uribe Vélez en el debate son los siguientes:

Yo tengo Honorable Senador Presidente unos elementos conceptuales, otros de discrepancias y otros propositivos. Por ejemplo, nosotros no aceptamos la utilización en este caso la palabra conflicto, la palabra guerra para sustituir lo que realmente pasa en Colombia. Que hay todas las dificultades sociales, económicas, las hay, pero la palabra conflicto, el idioma hay que mirarlo no solamente en las raíces puramente idiomáticas, sino en el momento histórico. La palabra conflicto cobró una gran vigencia en Colombia para referirse a los levantamientos armados contra las dictaduras militares y la seguridad es una fuente de recursos, es un valor democrático, no es la guerra que en alguna forma le da justificación a las partes que se confrontan; entonces el caso nuestro no es el caso de los levantamientos de Centroamérica, no es el caso de un insurrección contra las dictaduras del cono sur. El caso nuestro, desde la época del Frente Nacional es un desafío que empezó ideológico y terminó narcoterrorista al Estado de Derecho.

La democracia nuestra, aquí le oímos al expresidente de la Corte Constitucional un relato de todos los vicios de nuestra democracia, y en ese relato él ignoró el capítulo más importante, nuestra democracia ha tenido toda la capacidad de corregirse y sin negociar con el terrorismo.

El propio Frente Nacional, que es la disculpa que se invoca por el tema de las restricciones democráticas, fue un período de transición, un período de transición donde todas las expresiones de la política tuvieron cabida; en un lado estaban los doctores Laureano Gómez y Jorge Leyva, y bajo las toldas del Movimiento Revolucionario Liberal actuaba el Partido Comunista.

La democracia nuestra ha tenido una serie de avances muy significativos que demoraron en llegar. Hoy tenemos una democracia con la elección popular de alcaldes, de gobernadores, con los mecanismos de participación directa que eliminó, gracias a la acción de las Fuerzas Armadas, desarticuló las organizaciones paramilitares. Esto para decir que en nuestra tesis hay un desafío narcoterrorista al Estado democrático.

Por supuesto, nosotros no nos oponemos a que se negocie, siempre hemos dicho que aún si quienes cometen acciones terroristas cumplen unos requisitos, no nos oponemos al diálogo.

¿Cuáles son nuestras preocupaciones en el diálogo?

Primero el deterioro de la seguridad. Aquí dio el Senador Rangel cifras bien importantes que me relevan de repetirlas. Pero por ejemplo, cuando ve el secuestro entre el año 2002 y 2010 bajó de 2.882 casos a 282, habríamos querido llegar a cero. Y de esa fecha acá esa cifra ha aumentado un 2 por ciento. Se frenó la tendencia de reducción y ha aumentado levemente, es grave.

Nosotros creemos que este problema tiene varias explicaciones. La seguridad la tiene que liderar el Presidente de la República; con todo respeto creo que los colombianos -muchos- percibimos que no ha habido liderazgo de la seguridad.

La seguridad necesita una gran motivación de las Fuerzas Armadas, las han desmotivado; la seguridad necesita de una gran cooperación ciudadana, las redes de ciudadanos que informaban a las Fuerzas Armadas, a través de la telefonía celular, de la expansión de toda la electrónica, etcétera, sin armas, han sido desmontadas.

El anterior Ministro de la Defensa nos lo dijo cuando me informaba el año pasado de una circunstancia que había en mi contra por parte de grupos criminales. Le pregunté y me dijo que irían a reactivar las redes de ciudadanos informantes de las Fuerza Armadas ¿Pues qué ha pasado? Que la ciudadanía ha perdido la confianza. Además, en lugar de denunciar en el caso de extorsión, prefieren pagar la extorsión, y altos porcentajes de la ciudadanía colombiana tiene hoy desconfianza en la capacidad del Estado de darle seguridad.

Hemos tenido un crecimiento de la inseguridad en tregua y sin tregua. Por ejemplo, en tregua ha venido aumentado la presencia de estos grupos en muchos de los municipios en los cuales habían sido desplazados.
Oí atentamente a los ministros. La cifra del señor Ministro de la Defensa habría que ajustarla, porque en los 128 municipios que dicen las cifras actuales que hay presencia de las Farc, no se tiene en cuenta los municipios donde ha llegado, de los cuales había sido desalojado.

Montes de María. Yo publiqué un poligrama que me llegó a través de periodistas de Sincelejo. La verdad es que yo tengo alrededor de 8 mil hackers, que son 8 mil contactos en mi teléfono celular. Y muchos colombianos me escriben. Los periodistas de Sucre recibieron ese poligrama, me lo hicieron llegar y lo publiqué, del regreso de las Farc a Los Montes de María. Instituciones del Gobierno lo negaron. He indagado con la comunidad y es cierto ese retorno.

Esa zona limítrofe de Antioquia y Caldas, suroriente antioqueño, nororiente caldense. Ahí en Nariño, Argelia, para no hablar de los municipios caldenses, ha regresado ese frente. Está haciendo ya retenes ilegales en la carretera. A varios municipios del Casanare han regresado estos grupos violentos. Para eso también han aprovechado la tregua. Y sin tregua, hemos visto lo que ha pasado recientemente, a lo cual me voy a referir más adelante.

¿Por qué digo que las Fuerzas Armadas están desmotivadas? ¿Por qué digo que han sido igualadas con el terrorismo? La Ley de Víctimas que ignoró que este Congreso ya había aprobado una legislación de víctimas, igualó como potenciales victimarios a los integrantes de las Fuerzas Armadas y al terrorismo.

Yo recuerdo haberle pedido muchísimo a este Congreso que eso no se hiciera, que era un factor de desmotivación a las Fuerzas Armadas. Inclusive pedimos, y por eso esa parte de la Ley no se pudo aprobar en nuestro Gobierno, que de hacer responsables como potenciales victimarios a los integrantes de las Fuerzas Armadas, se necesitara una sentencia previa, así fuera el resultado de un proceso abreviado con prioridad para el tramite sobre todos los procesos. Eso no se hizo, simplemente se igualaron.

El tema del conflicto tiene unas connotaciones jurídicas bastante delicadas. Yo pregunto: ¿El reciente secuestro de un suboficial del Ejército, y su liberación? Eso es un secuestro. Pero hay voces del Gobierno que lo han denominado retención.

Al poner a las Fuerzas Armadas y al terrorismo en igualdad de condiciones, entonces da lo mismo desde el punto de vista jurídico, y es un tema sumamente delicado, que las Fuerzas Armadas den de baja a una persona que está delinquiendo o que las organizaciones del crimen asesinen a soldados y policías.

Para que un secuestro de un soldado o de un policía, en esas condiciones jurídicas lo entendieran, lo aceptaran como secuestro, tendría que tener agravantes de tortura. Entonces a nosotros nos parece que lo del conflicto no es simplemente doctrinario, no es simplemente ideológico, tiene unas consecuencias jurídicas bastante delicadas.

El discurso del Gobierno

Y hablemos del discurso del Gobierno. El discurso del Gobierno, y yo recuerdo un discurso del Gobierno en Buenaventura, donde dijo que estábamos en una guerra entre las Fuerzas Armadas y las guerrillas, que había que excluir a la población civil. Ese tipo de discurso, y repetido como lo hemos escuchado en estos años, autoriza a los movimientos terroristas a asesinar a los integrantes de las Fuerzas Armadas, valida ese asesinato así no haya intención de hacerlo. Eso también es desmotivación de las Fuerzas Armadas.

A nosotros nos preocupa mucho que un alivio judicial a los integrantes de las Fuerzas Armadas tenga que tramitarse a través de la justicia transicional y deba ser la consecuencia de un acuerdo con el terrorismo. Entonces aquí, yo con todo el respeto voy a mezclar la parte propositiva; nosotros insistimos ante el Gobierno y ante las otras bancadas en la necesidad de un alivio judicial a los integrantes de las Fuerzas Armadas. Creemos que es necesario, no debe implicar impunidad. Lo hemos propuesto para operaciones de orden público legítimas de las cuáles se deriven acusaciones, no para lo que son acciones criminales que las debe conocer la justicia ordinaria como el tema de ‘falsos positivos’.

Y hemos propuesto que ese alivio no implique impunidad y que tampoco dependa de un arreglo previo con las Farc y que tampoco se tenga que tramitar a través de la justicia transicional. ¿Por qué aseveramos que no se deba tramitar a través de la justicia transicional? Porque la justicia transicional, doctrina en construcción, se ha entendido que es para hacer el tránsito fundamentalmente de la anormalidad democrática a estados de normalidad. ¡Ese no es el caso de Colombia!

Y las Fuerzas Armadas nuestras no son las Fuerzas Armadas de la dictadura de Videla o de Pinochet, o de los dictadores centroamericanos. Estas son las Fuerzas Armadas de la democracia. Que no se le deben tratar como unas Fuerzas Armadas en transición de ser Fuerzas de dictadura o Fuerzas de democracia, estas son unas Fuerzas respetables, que han tenido la capacidad de mejorar de corregirse. Por eso creemos que el alivio judicial para las Fuerzas Armadas tiene que encontrarse sin aplicarles la justicia transicional.

Nos preocupa mucho el narcotráfico. Aquí se han dado las cifras. El país volvió a ese campeonato. Recientemente hemos escuchado que Colombia es nuevamente el primer productor de cocaína y que pasó en 2013 de 290 toneladas métricas de cocaína a 440 en 2014. Tenemos unas zonas totalmente controladas por el narcotráfico y allí están las Farc, el ELN, Bandas Criminales en colusión. Y esto muestra que hay una conexión, entre lo que se ha llamado la seguridad rural y muchos equivocadamente pensaron que la Seguridad Democrática tenía como campo geográfico de aplicación solamente la ruralidad colombiana y así no fue, hay que mirar cuánto mejoró la seguridad en muchas ciudades colombianas, empezando por Bogotá.

Este tema que tiene que ver con el terrorismo, que están en el narcotráfico, conecta con la inseguridad urbana. ¡Por favor! Ustedes lo habrán sentido en el diálogo con sus electores en toda Colombia, hay un desbordado crecimiento del microtráfico asediando las escuelas y colegios de Colombia, generando toda clase de inseguridad urbana. Por eso, esto no es desconectable como algunos han pretendido hacerlo.

A nosotros nos preocupa en esta negociación la impunidad. Muchas veces se ha dicho aquí: que por qué me opongo yo a las soluciones que se han propuesto para la Farc, que tengo que reconocer, al escuchar al doctor De la Calle hoy, hay un cambio que en lo que a mí refiere, da unos asomos de tranquilidad. Se ha dicho: ‘pero si Uribe apoyó como Senador el reindulto del M19’, lo hice y con mucho gusto.

Se habían concentrado en Santo Domingo, habían entregado las armas, habían sido indultados por un gobierno anterior, habían estado en la constituyente, en el gobierno, habían estado en el Congreso cumpliendo, en todas partes yo digo que tengo infinito aprecio por Everth Bustamante, respeto profundamente al doctor Antonio Navarro. Conmigo en la Gobernación de Antioquia trabajaron reinsertados como Darío Mejía y otros. Independientemente de eso, la Farc tomó esas acciones, esas decisiones como un ejemplo que les legitimaba su creciente accionar criminal. Dejemos a un lado los acuerdos con la Corte Penal Internacional, la impunidad es partera de nuevas violencias.

El tema del castigo

Y veamos entonces ahí otro tema, muy distinguidos Senadores y altos funcionarios, el tema del castigo. Nosotros creemos que el tema del castigo necesita cárcel y entonces viene una gran discusión, la discusión entre la justicia punitiva, la restaurativa.

Nosotros pensamos que alegar, invocar la necesidad de la aplicación de la justicia restaurativa de manera exclusiva, ignora un factor de justicia punitiva que sólo se expresa con cárcel y que al ignorarlo no garantiza el derecho a no repetición.

Ante una situación de estas, la más importante finalidad de la justicia restaurativa para las nuevas generaciones, debe ser garantizar el derecho de no repetición de la violencia, y sin el componente punitivo de cárcel, ese derecho no se garantiza.

Las armas, el dinero. A mí me da pena que el Gobierno le pida el dinero a Europa para el desminado, cuando los europeos leen la Revista Forbes que dice que las Farc es el tercer grupo terrorista más rico del mundo, pidiendo nosotros limosna para hacer un desminado de unas minas que plantó el grupo terrorista tercero que es en riqueza en el mundo.

A nosotros no nos han informado nada de que se vaya a exigir la entrega de ese dinero que ilícitamente ha obtenido la Farc. Tampoco van a participar en la reparación de las víctimas con ese dinero.

Y las armas. A mí me gusta que voceros del Gobierno de esta noche, yo creo que hay un cambio de discurso entre lo escuchado esta noche y lo que hemos escuchado muchas veces. Ya se está hablando con más claridad de la entrega de armas y se ha dejado esa palabra en la historia de Colombia que genera tanta ambigüedad, que es la dejación.

Aquí a este Congreso venían Iván Márquez y Braulio Herrera, y mientras asistían a este Congreso, y aquí los conocimos, guardaban las armas en los escritorios, o en los vehículos pero las Farc seguían disparando en todo el país, organización en la cual ellos participaron.

Esa combinación del dinero y las armas, esa combinación de las formas de lucha que se propicia con el dinero y con las armas ha hecho mucho daño, eso causó el exterminio de la Unión Patriótica. Yo creo que hubo dos causas: la falta no de voluntad sino de capacidad del Estado y la combinación de las formas de lucha, unos en la política y otros en el terrorismo.

Y advierto, cuando yo terminé la Gobernación de Antioquia, recibí la visita de los dos diputados de la Unión Patriótica que me dieron las gracias por la preocupación de la Gobernación, esos años, por protegerlos. Beatríz Gómez Pereañez y el señor (Gustavo) Arenas, y les dije: ¿le pueden contar a la opinión pública? y me dijo, nos matan.

El año pasado en la elección presidencial y del Congreso en muchas partes de Colombia, las Farc apuntando a la cabeza de muchos compatriotas les prohibía votar por nuestra lista al Congreso o por el doctor Óscar Iván Zuluaga y los obligaba a votar por el actual Presidente de la República.

Hemos vivido unos períodos funestos en esta materia y ya para este proceso electoral en muchos municipios de Colombia, las Farc ha prohibido que las personas lleven avales del Centro Democrático.

La elegibilidad política. Una democracia como esta ¿por qué tiene que permitirles elegibilidad política a personas responsables de atrocidades?

Es como el tema de la impunidad, nosotros no nos oponemos a que el guerrillero raso no vaya a la cárcel, aceptamos que el guerrillero raso vaya a la cárcel mientras no aparezca una prueba plena de que estuvo incurso en delitos atroces.

No nos oponemos a la elegibilidad política de personas que no estén incursas en delitos atroces pero nos preocupa enormemente, nos parece un pésimo ejemplo la elegibilidad política de personas incursas en delitos atroces

Yo recuerdo haber escuchado al Gobierno de entonces cuando se promulgó la Constitución del 91 decir que con esa ampliación democrática que en Colombia ya hacía adelante no se podría aceptar el ejercicio de la política con armas.

¿Qué ha pasado entre el 91 y estos 24 años? las Farc hizo terrorismo y ahora se le dice que no, que fue política con armas, y entonces eso va a servir de ejemplo para que disidentes de las Farc, el ELN, Bandas Criminales que tienen unas estructuras semejantes a las de Farc, en el futuro invoquen lo mismo.

Me han dicho, yo recuerdo, que me dicen, pero si usted propuso en el Manifiesto Democrático que hay que cambiar los fusiles por los votos, sí, lo propuse en el marco de la Constitución del 91, que además esa Constitución del 91 no permitía la elegibilidad del condenado sino por homicidio culposo o delito político y nunca habló de conexidad, es muy diferente eso a lo que se ha aprobado abriendo los espacios de la conexidad, inclusive a delitos como el secuestro y el narcotráfico.

Ya lo decía Alfredo Rangel, es que el narcotráfico aquí es un inductor de atrocidades ¿cómo lo vamos a considerar delito político? por favor.

Entonces como a mí me toca también responder por las imputaciones, las críticas a la legislación que se aprobó durante esos años que presidió el gobierno, tengo que recordar lo siguiente: muchos de ustedes estaban aquí, aquí estaba usted senador Velasco, presidente de la Corporación; la Ley de Justicia, Paz y Reparación tuvo una gran dificultad, cómo distinguir entre una persona cuyo objeto principal era la guerrilla o el paramilitarismo y una persona cuyo objeto principal es el narcotráfico, cuando todos estaban mezclando su actividad con el narcotráfico.

Lo que dijo la Ley es: ‘cuando las autoridades de juzgamiento concluyan que la actividad principal proviene del narcotráfico la persona es elegible para los beneficios de esta ley’. Pero eso no quiso decir que le diéramos al narcotráfico tratamiento de delito político, necesitaba cárcel, aunque fuera un delito secundario y el principal fuera la actividad paramilitar o guerrillera.

A nosotros nos preocupa la empresa privada. Esta noche han explicado aquí los altos funcionarios que no hay riesgos para la empresa privada, nosotros pensamos que sí, y lo pensamos por tres elementos:

Por el preámbulo, en el preámbulo de los acuerdos de La Habana se comprometen a toda la revisión del modelo, nos preocupa por la carta del Presidente de la República denunciada por las Farc, en la cual él aceptó que toda la proposición de la revolución chavista, mal llamada bolivariana, cuando uno ve el capítulo de la doctrina económica de El Libertador, quizá una de las mejores de las centenares de biografías sobre El Libertador, encuentra en él un gran promotor de la empresa privada, muy diferente de la interpretación chavista.

La interpretación chavista, como lo vamos a ver es más tinte moderno y es una de las cosas que a nosotros nos preocupa y lo que hemos denunciado que corremos el riesgo de que nos lleven al castro-chavismo, y nos preocupa enormemente el tema sobre la tierra ¿Nos preocupa por qué? Porque el mundo en este país necesita el empresarismo agropecuario y al campesino; el empresarismo es una solución económica y de mercado, de seguridad alimentaria; el campesino necesita y es una solución social.

Nosotros pedimos una revisión de los acuerdos del fondo de tierras para que no quede el más mínimo peligro frente a las gentes honestas del campo.

Yo tengo que decir que a mí me preocupa lo que escuché ayer del Presidente de la República, claro que en esa reforma agraria de los 60 estaría mejor el Cauca, Córdoba y sucre si no hubieran adelantado esos procesos que dejaron pobres a los antiguos empresarios y pusieron a manejar rastrojos a los nuevos propietarios, y todos tuvieron acompañamiento, y eso lo dirigió una de las figuras más preclaras de la historia colombiana, Carlos Lleras ¿Qué tal estos procesos ahora en un acuerdo de paz con las Farc? Yo creo que esa es una preocupación válida.

No nos olvidemos que así como este país tiene que resolver el problema social campesino, este país tiene una gran oportunidad de contribuir a la seguridad alimentaria del planeta que requiere para el año 2030 aumentar la producción de alimentos en un 50 por ciento frente a lo que se producía en 2010.

Este es un tema muy delicado, por ejemplo, aquí se ha hablado mucho del cese bilateral, yo, en los términos que lo han propuesto, voy a ahorrarme críticas esta noche.

¿Pero por qué le decimos no a la tregua que ha anunciado las Farc y porqué creemos en el cese unilateral con concentración y vigilancia? La tregua ha sido un engaño.

Durante la tregua del 20 de diciembre disminuyeron los delitos más visibles, con eso engañan a la Colombia urbana, que no tiene por qué darse cuenta en tiempo real de que está llegando las Farc a más municipios, de que está ejerciendo control territorial, de que está expandiendo los cultivos de coca, de que está aumentando la extorsión. Esa experiencia nos debe llevar a pedir que se revise el tema.

Nosotros pedimos el cese unilateral con concentración. Es la única manera de garantizar la vigilancia. Yo pregunto: en las 7 mil hectáreas de coca del Catatumbo, hoy con control de Farc, Megateo y ELN ¿Quién va a supervisar? ¿Quién va a vigilar? ¿Cómo se va a saber que este delito no es de las Farc?

Creo lo siguiente y pido su atención para este puntico: las Farc concentradas con vigilancia, ganan, porque le da una señal de credibilidad a la opinión pública y estará asegurada.

Si las Farc lo que quiere es seguridad, concentrada en un sitio, cumpliendo con un cese unilateral, la fuerza pública no va a ir allá a atacarla, gana ante la opinión pública y gana en su seguridad, si eso se quiere.

Yo creo que las Farc tienen cuatro etapas, si surge de un rezago de violencia; esta noche, decía el doctor Horacio Serpa se refería a la larga historia de violencia en el país; después asume el marxismo-leninismo, después se mezcla con el narco-mercenarismo y después entra en el chavismo.

El chavismo es la democracia regresiva, allí el Estado a través de los colectivos es el que promociona la inseguridad, allí no hay independencia de instituciones, todo lo que dijo el creador de la doctrina chavista inspirado por Fidel Castro en favor de la empresa privada, eso está en todos los documentos y sin embargo llegó a acabarla, hizo insostenible las políticas sociales por el debilitamiento de la empresa privada.

Cuidado con esos acuerdos, más la tributación que hay en Colombia, más los anuncios del Gobierno, ese debilitamiento a la empresa privada.

Sabios de la economía de este país como Juan Luís Londoño, le anticiparon a este país que sin un crecimiento anual del 6 por ciento, era imposible el empleo digno, era imposible la formalización de la economía.

Las Farc es el cartel de cocaína más grande del mundo. Ha reclutado al 50 por ciento de sus integrantes, cuando empezó nuestro gobierno las Fuerzas Armadas dijeron que eran 30 mil, 18 mil en uniforme y 12 mil milicianos, cuando terminó 6 mil 800, hoy le oigo decir al Ministro que eran 9 mil y ahora nos están hablando de una cifra parecida.

Las Farc entre 1998 y 2003 secuestró mil 794 ciudadanos, y veamos a la desaparición, la desaparición forzosa, las Farc es responsable de la desaparición violenta de 2 mil 700 ciudadanos.

El desplazamiento, esto no se puede ver con la fotografía de un día, hay que mirar la película. En 2002 cifras oficiales, hubo 444 mil 270 desplazados, al final de ese gobierno que yo presidí 175 mil, no pudimos eliminar el desplazamiento, pero avanzamos sustancialmente.

¿Y qué se ha ignorado? En ese análisis crítico, entre ellos de algunos de mis antiguos defensores ¿Qué se ha ignorado? Se ha ignorado que ese gobierno logró exitosamente los primeros retornos, como los retornos al Oriente Antioqueño, los retornos campesinos a los Montes de María.

Nosotros no proponemos la rendición, incluso este Gobierno ha hecho que la prensa europea diga que el debate de Colombia es entre la guerra de Uribe o el diálogo de Santos. Nosotros estábamos en un proceso de desarticulación que implicaba ejercicio de autoridad, respeto a las libertades democráticas, en todos esos procesos electorales la oposición fue plenamente respetada y protegida, política social, reinserción sin impunidad.

Nosotros hemos propuesto la desarticulación del terrorismo donde cabe la fase del diálogo en condiciones que le garanticen el país una paz estable, no hemos propuesto la rendición.

Yo creo que no se puede distorsionar las cifras de desaparecidos, por ejemplo Medicina Legal dice que en el periodo 2002-2010 continuaron 22 mil 694 personas desaparecidas y que en el periodo 2011, 2012, 2013, 11 mil 866, y ustedes saben que esas cifras implican desaparecidos violentamente y desaparecidos que reclaman por otras razones estimados senadores.

El tema de los homicidios, yo creo que tenemos un problema, la manera como se disminuyó la tasa de reducción, por ejemplo la tasa de reducción fue del 6.7 anual, ahora es del 3 y medio, yo llamaría la atención que en eso hay que hacer un mayor esfuerzo.

Me voy a ir a un tema entonces de conclusión que es lo siguiente: el país no puede vivir entre el ultimátum y el engaño, las acciones violentas de los últimos días son un ultimátum del terrorismo al Gobierno y a la opinión pública, o firman lo que la Farc quiere o regresa la violencia.

La tregua sin concentración y sin vigilancia es un engaño, lo dice la fresca experiencia histórica de la tregua del 20 de diciembre que sirvió para engañar a la opinión urbana con el crecimiento de los delitos menos visibles.

Nosotros pensamos que esto no puede seguir dosificando al Gobierno, un día le dan al Gobierno una dosis de anuncio de tregua que coincide con el periodo electoral, pero en la víspera le dan una dosis de ejercicio de violencia para advertirle que sí al cabo de un tiempo no le ha entregado el país como la Farc lo pretende, entonces regresa esa violencia.

¿Y por qué estamos en desacuerdo con las zonas de reserva campesina? Porque no han servido para reivindicar a los campesinos, proscriben el empresarismo agropecuario y han sido feudos controlados por la Farc.

Termino con esto: ¿Por qué no se estudia la combinación de la urgencia y la paciencia? La urgencia del país es para frenar la violencia, el derramamiento de sangre, es que aquí doctor De la Calle usted mencionó la palabra ética y con todo el respeto que le he tenido toda la vida, aquí este proceso no tiene ética, porque mientras el Gobierno dialoga en Cuba, valida el asesinato de nuestros soldados y policías aquí, y mientras los jerarcas, los cabecillas del terrorismo negocian en Cuba, aquí exponen a los guerrilleros rasos a que los den de baja; lo he dicho en muchas partes del país es el mismo el dolor de la madre del guerrillero que el de la madre del civil, que el de la madre del soldado asesinado.

El país necesita urgencia para frenar la violencia así tengamos que tener todo la paciencia para llegar a unos acuerdos finales, por eso pedimos que se gaste el tiempo que deba gastarse para negociar la concentración y que eso sea condición para reanudar el diálogo.

¿Qué es más difícil hoy? ¡Claro! las Farc están más fuerte hoy y tiene vocería política.

Yo le pregunté a un alto funcionario del Gobierno: ¿cómo así que las Farc asesinan y todos los días hablan en los medios de comunicación? Y me dijo que eso es permitido por Cuba ¡No! Si el Gobierno le hubiera puesto las reglas a Cuba mientras las Farc estuvieran asesinando, no podría estar a la luz de los principios democráticos llevando vocería en los medios de comunicación.