Durante muchos años Medellín fue escenario de guerras sanguinarias entre diferentes grupos criminales que imponían su ley en las comunas, como llaman a las barriadas pobres que cuelgan de las laderas que rodean la ciudad. Paramilitares, guerrillas y bandas de delincuentes se enfrentaban a muerte para mantener el control de cada sector y aún lo hacen en algunas áreas de la urbe, aunque en una escala mucho menor.
Uno de los barrios que sufrió la violencia de manera más cruenta fue la Comuna 13, cuyo dominio cambió varias veces de dueño a lo largo de los años.
Para ocultar los muertos utilizaron una escombrera que fue creciendo con el paso del tiempo. A ningún gobierno local ni nacional pareció preocuparle el clamor de decenas de madres que buscaban desesperadamente a sus hijos desaparecidos y señalaban ese lugar como el cementerio clandestino donde podrían estar. Hasta que 143 de ellas, incluidas las esposas de algunos fallecidos, conformaron la ONG “Mujeres Caminando por la Verdad”, que estuvo seis años suplicando la intervención estatal en la gigantesca montaña de millones de toneladas de basura.
Después de incontables promesas incumplidas, la Fiscalía General de la Nación y el ayuntamiento de Medellín aceptaron poner en marcha un “Plan integral de búsqueda de personas desaparecidas”, que arrancó hoy. Lo sellaron todos los grupos políticos para que el próximo alcalde que resulte elegido en octubre próximo no interrumpa la labor.
La primera fase inicia con un trabajo que será similar a una excavación arqueológica y que está previsto dure cinco meses. Deben remover 24.000 metros cúbicos de escombros y cavar ocho metros hasta tocar tierra firme.
Confesiones de ex miembros de las AUC
Confían en hallar por lo menos los restos de 84 personas, si bien familiares de chicos que nunca regresaron a sus casas hablan de 110. Como punto de partida cuentan con las declaraciones de dos ex miembros de las extintas AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), uno del Bloque Cacique Nutibara Juan Carlos Villada, apodado “Móvil 8”, y otro de Héroes de Granada, que confesaron que a la escombrera fueron a parar al menos medio centenar de víctimas de su organización. Este diario entrevistó en su día a jefes de otra banda de las AUC -el Bloque Metro- con el que los mencionados Bloques sostuvieron enfrentamientos y también dejaron decenas de muertos.
Antes de comenzar ayer los equipos de rescate, celebraron una misa con las madres que buscan a sus hijos y maridos. Confían en que hallen sus restos para celebrar el duelo y poder descansar de la terrible incertidumbre de no saber con certeza si están vivos o muertos. Aunque la lógica les indica que les mataron hace años, jamás apagan una débil luz de esperanza de que reaparezcan cualquier día, sanos y salvos.
“Es un proceso que se hará manualmente con pico y pala y hasta con brocha, pues tiene característica de una exploración arqueológica”, le dijo a el diario de Medellín, El Colombiano, Jorge Mejía, consejero para la Convivencia, la Reconciliación y la Vida.
Más adelante tendrán que intervenir otras zonas de la urbe en donde creen que hay más cadáveres sepultados como la Comuna 8 o el poblado Altavista.
Tomado de: El Mundo
Escrito por: SALUD HERNÁNDEZ-MORA