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Ejército y empresa privada le dan casa gratis a cabo Ávila, víctima de minina antipersona

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Este viernes el cabo primero Edward Orlando Ávila Ramírez, víctima de una mina antipersona en Norte de Santander, le fue entregado una vivienda por el Ejército y el Banco Popular por su labor en las Fuerzas Militares en marco de un homenaje a las víctimas del conflicto armado colombiano. Esta es su historia.

El pasado 6 de mayo, el cabo primero Edward Orlando Ávila Ramírez hacía labores de verificación en una zona donde los Ingenieros Militares construían un parque infantil. Ávila, quien comandaba un grupo antiexplosivo, inspeccionaba el lugar para evitar un ataque terrorista cuando activó una mina antipersonal que guerrilleros habían instalado y que, eventualmente, habría herido a un niño.

La explosión hizo que perdiera sus extremidades inferiores, pero a pesar de la rabia y de la impotencia que sintió inicialmente, nunca se ha dado por vencido y mantiene vivas las ilusiones de salir adelante junto con su familia.

Uno de los objetivos de este suboficial con nueve años en el Ejército Nacional era tener una casa propia y hoy es posible gracias a la labor de esta Fuerza y del Banco Popular.

Estas dos instituciones se unieron y a partir de ahora el suboficial cuenta con un espectacular apartamento en su tierra, Armenia. El inmueble está ubicado en la Ciudadela del Café, exactamente en la Avenida Los Camellos.

El apartamento fue entregado hoy por Luis Carlos Villegas Echeverri, ministro de Defensa Nacional, el mando regional del Ejército y las directivas de la entidad bancaria que hizo posible la adquisición del apartamento.

La vivienda del cabo Ávila, de 29 años, su esposa y su pequeña hija cuenta con tres habitaciones, baño, sala y comedor; el conjunto residencial, por su parte, tiene zonas verdes, piscina, solárium y gimnasio.

Se trata de un reconocimiento del Ejército Nacional y la Octava Brigada a la heroica tarea de este suboficial, que con su sacrificio evitó que resultaran afectados los niños de Convención.

“En el cumplimiento de mi misión salvé lo más importante, víctimas inocentes del conflicto”, aseguró Ávila hace unos días, cuando visitó la sede de la Octava Brigada. “Afortunadamente fui yo; no logro imaginarme si un grupo de niños hubieran activado este artefacto”, agregó este héroe de la Patria.

La historia del suboficial está enmarcada en la fortaleza y valentía con que ha afrontado esta situación. La alegría y las ganas de vivir se notan en su voz: “Mi valentía está en amar lo que hago, es el sentimiento de toda una institución y de toda la Fuerza Pública. Estamos para servirles a la sociedad y a la Patria, entonces no es solo el sentimiento del cabo Ávila sino de todo un Ejército”.

Con el apoyo de sicólogos, trabajadores sociales, médicos y abogados, continúa con un propósito, el mismo que ha tenido en su mente desde que inició su vida militar: servirle a su Patria.

“A todos los compañeros les digo que entreguemos todo lo mejor, que estamos en la mejor institución que tiene el país y debemos estar agradecidos por este privilegio. Es una labor de sacrificio, de entrega, pero todo esto lo vamos a ver compensado un día cuando hayamos cumplido nuestro objetivo –puntualizó– La institución no me ha abandonado y yo no voy a abandonar a mi institución: todavía tenemos una misión que cumplir”.