El narcotraficante Joaquín “el Chapo” Guzmán estuvo escondido tres semanas en Sinaloa, su estado natal, después de la fuga y ahora puede encontrarse en el sureste de México, reveló el diario Reforma citando fuentes federales.
Tras escapar del penal Altiplano I, en el central Estado de México, a través de un túnel de 1,5 kilómetros de longitud, el líder del cártel de Sinaloa se dirigió hacia el poblado Senegal de las Palomas, a unos 142 kilómetros de la cárcel, señaló el medio.
Desde este lugar, Guzmán tomó una avioneta hasta Mazatlán, en el noroccidental estado de Sinaloa, donde abordó otra aeronave para llegar hasta municipio de Guasave, en la misma región, donde se cree que estuvo dos días.
A continuación, se habría movido hasta la Sierra Madre Occidental para esconderse durante unas dos semanas en sitios inhóspitos, detalló el diario.
En total, el narcotraficante permaneció escondido tres semanas antes de moverse al sureste, según relataron distintos funcionarios federales tras seguir sus pasos con drones, geolocalización satelital y diversos datos proporcionados por personas.
El 5 de agosto, el jefe la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), Chuck Rosenberg, comentó que, con base en la información recabada, el Chapo “puede estar en México, puede haber regresado a Sinaloa porque allí tiene a su familia y sus contactos”.
Sin embargo, tras este anuncio reportes de inteligencia empezaron a ubicarlo en otros estados, entre ellos el suroriental Chiapas.
El Gobierno de México consideró seria la información de una mujer que dijo haber visto al narcotraficante en un autobús rumbo a Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, explicó Reforma.
Según detalló, tenía rasguños en el rostro, que las autoridades consideran que pudo haber sufrido durante la fuga.
Además, el sinaloense tiene una tía que vive en Chiapas y a la que visitó en 1993 antes de huir a Guatemala, donde lo detuvieron ese mismo año. EFE