El Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, llegó hacia la una de la tarde de este lunes al Aeropuerto Internacional Mariscal de Sucre, donde fue recibido por el vicecanciller ecuatoriano, Leonardo Arizaga, y el embajador colombiano, Fernando Panesso.
El Mandatario colombiano se trasladó de inmediato al Palacio de Carondelet, donde lo esperaba el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Posteriormente, los Presidentes de Colombia y de Venezuela iniciaron su encuentro, en el que están presentes los Jefes de Estado de Uruguay, Tabaré Vásquez, y de Ecuador.
Minutos antes de emprender su viaje a Quito, el Presidente Santos declaró en la Casa de Nariño, que iba al Ecuador “con las mejores intenciones y guiados por los principios que he mantenido en nuestras relaciones internacionales. Privilegiar la diplomacia, el diálogo, la prudencia, pero también la firmeza defendiendo nuestros intereses. Y viajamos con la claridad de que el estado de excepción decretado por el Presidente Maduro en varios municipios de la frontera en Venezuela no puede servir de excusa para la violación de los derechos humanos, de la dignidad de nuestros compatriotas”.
Señaló también que “mi prioridad entonces en esta reunión es ante todo el respeto por Colombia, por los colombianos, el respeto por nuestra soberanía y los derechos fundamentales de nuestros compatriotas”.
Y sostuvo, por último, que “los problemas de la frontera colombo-venezolana –narcotráfico, contrabando y bandas criminales– son de los dos países y requieren soluciones conjuntas, una acción decidida de ambas naciones, cooperando”.
Para las seis de la tarde está previsto que los Mandatarios de Colombia y Venezuela hagan una declaración sobre las conclusiones del encuentro.
Antes de partir hacia Ecuador para reunirse con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, el presidente Juan Manuel Santos dio una declaración sobre la reunión que sostendrá en Quito sobre la crisis generada por el cierre de la frontera.
“El pésimo trato a los colombianos será un tema fundamental en la agenda del encuentro con el presidente Maduro”, dijo el jefe de Estado, quien añadió que su principal “preocupación ha sido la defensa y protección de los derechos humanos de los colombianos” expulsados.
De igual forma, el primer mandatario dijo que el “Estado de excepción decretado por el presidente Maduro no puede servir de excusa para la violación de los derechos humanos” de los ciudadanos nacionales.
Sobre este punto, la Defensoría del Pueblo informó que a la fecha ha recibido 2.808 quejas formales por diferentes tipos de malos tratos atribuidos a la Guardia Nacional Bolivariana desde que inició la crisis fronteriza.
El presidente recordó que los problemas de la frontera son de los dos países y “requieren soluciones conjuntas”.
“Colombia no es la culpable de los problemas de Venezuela. Los problemas de la frontera no son nuevos (…) se requiere cooperación en la lucha contra la delincuencia e ilegalidad”.
El gobernante también reveló el último informe del Gobierno sobre los ciudadanos que han salido del vecino país.
“Hoy son 1.645 los deportados. En el registro único de damnificados tenemos 17.553 personas entre deportadas y retornadas”.
Al referirse a las zonas del país en las que se presenta falta de combustible por la crisis, Santos dijo que dio “instrucciones para que en La Guajira se asigne un cupo de combustible en las mismas condiciones de Norte de Santander” para evitar el desabastecimiento.
Finalmente, el presidente dijo que “seguirá insistiendo en el camino del diálogo y la diplomacia” pero “debe ser serio, constructivo, sereno y respetuoso”.
La crisis fronteriza comenzó el pasado 19 de agosto con el cierre del principal paso entre la ciudad de Cúcuta y las ciudades venezolanas de San Antonio y Ureña, ordenado por Maduro, quien argumentó que su decisión estaba fundamentada en el combate al contrabando y a presuntos paramilitares.
Posteriormente, el mandatario venezolano extendió el cierre a la frontera entre La Guajira y Zulia y a los pasos entre Arauca y Apure.