De acuerdo con el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, los gobiernos de Venezuela y Colombia han dejado atrás “la tensión” y están avanzando en el diálogo sobre el conflicto fronterizo iniciado el pasado 19 de agosto.
El canciller Patiño ha estado informado de todos los encuentros desde que los presidentes venezolano, Nicolás Maduro, y colombiano, Juan Manuel Santos se reunieron el pasado 21 de septiembre y comenzaron los contactos a nivel ministerial.
“No esperamos una resolución inmediata -además, normalmente, los problemas en frontera se mantienen-; pero lo más importante es que se generó un proceso de diálogo que está avanzando”, señaló el canciller.
Para el canciller, Colombia y Venezuela “están teniendo una actitud muy creativa para resolver los problemas y ya no han vuelto a escucharse situaciones tensas ni con declaraciones ni hechos”, precisó.
Maduro ordenó el pasado 19 de agosto el cierre del principal paso entre Colombia y Venezuela que une la ciudad de Cúcuta con Ureña y San Antonio del Táchira.
Posteriormente, extendió el cierre de los pasos hacia Colombia por los estados Zulia y Apure y advirtió de que la medida proseguirá en el estado Amazonas y se levantará cuando ambas naciones acuerden una nueva política fronteriza que acabe con los delitos en la línea limítrofe.
Al reunirse los presidentes, comentó Patiño, “volvieron los embajadores a sus respectivas oficinas diplomáticas y comenzaron las reuniones: dos básicamente, una de las autoridades de defensa y otra de las autoridades económicas”.
“El mismo día 21 (de septiembre) se hizo en Quito la primera reunión de ambas autoridades, dos días después se reunieron otra vez las económicas y se volvieron a reunir la siguiente semana, y las de defensa la semana pasada”, comentó Patiño.
Y precisó que el embajador ecuatoriano en Colombia le dijo que esa última reunión “estuvo muy bien”. “El ambiente fue extraordinariamente cordial y eso nos satisface a todos”, manifestó.
Para el canciller, lo más importante es que se está avanzando, ya que la situación de tensión que se vivió “llegó a preocupar muy seriamente a la comunidad latinoamericana y mundial”.