Eliminar la trata de personas y proteger a niños y mujeres, pide nuevamente el Papa Francisco
–Haciendo eco a pronunciamientos categóricos que ha hecho el Papa Francisco sobre la trata de personas y otros graves crímenes contra la humanidad, el Vaticano divulgó este jueves los alcances de un documento final que enmarca un Plan de Acción para el Simposio Internacional de la Pastoral de la Carretera y de la Calle, en el cual demanda acciones concretas en favor de los niños y mujeres que se ganan la vida o viven en las calles.
«Puesto que la situación es cada vez más alarmante y en obediencia a las palabras» del Obispo de Roma (17 de septiembre de 2015), el documento insta rotundamente a un renovado compromiso internacional en la lucha contra los graves crímenes contra la humanidad, amparando a los niños y mujeres que se ganan la vida o viven en las calles, contrastando la grave plaga de esta realidad dramática, que requiere intervenciones urgentes, tanto de parte de la Iglesia Universal, y de las Iglesias locales, como de parte de los estados, gobiernos e instituciones civiles, precisa el escrito del Vaticano.
En contra de todo acto legal y política favorable a la prostitución, y de todo lo que deshonra al ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, el Plan de Acción pide asimismo a las autoridades nacionales que se respete el derecho universal de las víctimas – menores y mujeres que viven en la calle – a obtener sus legítimos documentos, que se les asegure su inserción social, servicio y protección.
El documento exhorta también a los traficantes, explotadores y clientes a convertirse, abandonando toda actividad ilícita y participando en programas de rehabilitación.
El denso Plan de acción se hace eco de las palabras del Papa sobre la apremiante necesidad de leyes y acciones concretas: «Los niños y las mujeres que viven en la calle no son números, no son ‘paquetes’: son seres humanos. Cada niño abandonado u obligado a vivir en la calle, presa de las organizaciones criminales, es un grito que sube a Dios, que ha creado al hombre y a la mujer a su imagen. Es un grito de acusación contra un sistema social que desde hace decenios criticamos, pero que nos cuesta cambiar según criterios de justicia».
El Papa Francisco renovó su aliento a cuantos trabajan en el cuidado pastoral y espiritual y en favor de la liberación de los más frágiles y explotados, siguiendo a Cristo, rostro de la misericordia del Padre:
«La Iglesia no puede callar, las instituciones eclesiales no pueden cerrar los ojos ante el nefasto fenómeno de los niños y de las mujeres de la calle. Es importante implicar las diversas expresiones de la comunidad cristiana en los distintos países para borrar las causas que obligan a un niño o a una mujer a vivir en la calle a buscar la vida en la calle. Nunca podemos evitar llevar a todos, en particular a los más débiles y menesterosos, la bondad y la ternura de Dios Padre misericordioso. La misericordia es el acto supremo con el que Dios sale a nuestro encuentro, es el camino que abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre».