Este lunes se cumplen 60 días del cierre de la frontera entre Colombia y Venezuela, y la masiva deportación de colombianos continúa para las decenas de personas que aún esperan en los albergues temporales de Cúcuta por una solución a su situación.
En este momento, cientos de familias se arman de valentía para dejar los albergues y buscar oportunidades o ayuda en la región o en otras ciudades del país, otras prefieren esperar o incluso considerar volver al vecino país.
Uno de los casos es el de la familia Padilla González, quienes intentaron viajar a Bogotá en busca de oportunidades y al no lograrlo volvieron a Cúcuta, donde les han negado el acceso a los albergues.
La mayoría de los deportados lo tenían todo en el vecino país y no saben si emprender el viaje al otro lado de la frontera en busca de su hogar y sus pertenencias en vez de pasar los días en las instalaciones dispuestas para su ayuda.
Por si fuera poco, los deportados que permanecen en los albergues denuncian además que se suelen presentar enfermedades, deben pasar por incomodidades e incluso que han sido víctimas de amenazas por parte del personal encargado.