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En medio de grandes escándalos de corrupción, Guatemala vota segunda vuelta para elegir presidente

Presidenciales GuatemalaLos guatemaltecos comenzaron a votar este domingo en la segunda ronda de las elecciones presidenciales para escoger al gobierno que tomará las riendas del país tras el escándalo de corrupción que provocó la renuncia y detención del exmandatario Otto Pérez.

Disputan la segunda vuelta el comediante derechista Jimmy Morales, de 46 años, y la exprimera dama socialdemócrata Sandra Torres, de 60, y quien resulte elegido se enfrentará a un gobierno sin mayoría parlamentaria y con un Estado desfinanciado.

Más de 7,5 millones de electores están convocados a votar en los 2.786 centros de votación con 19.582 juntas receptoras de votos, que cerrarán a las 18H00 locales (00H00 GMT).

“Estamos en una fiesta cívica, aprovechemos este día soleado para votar”, declaró a los periodistas el presidente del Tribunal Electoral, Rudy Pineda, tras el inicio de la votación.

Morales, un popular comediante de cine y televisión, aparece en las encuestas como favorito en la contienda, pese a que carece de experiencia política.

Este domingo también se elegirá a 11 alcaldes en ciudades en las que el Tribunal Electoral anuló los resultados del 6 de septiembre por hechos de distinta naturaleza, incluidos actos de violencia.

Desde la apertura de las mesas, los votantes comenzaron a congregarse en el colegio Valle Verde, en una zona exclusiva de la periferia este de la capital, donde votaría la candidata Torres.

“En política, Guatemala todavía está en pañales y me siento preocupada, pero creo que es hora que todos los guatemaltecos honrados nos empecemos a involucrar en el gobierno, no teníamos muchas opciones, pero nuestra obligación es de votar”, comentó a la AFP la arquitecta Mónica Figueroa, de 40 años, antes de sufragar.

– Nuevo gobierno cuesta arriba –

Según varios analistas, el futuro presidente deberá impulsar un diálogo con sectores empresariales, políticos, académicos, campesinos e indígenas para recuperar la credibilidad en la dirigencia política tras una serie de escándalos.

“Primero, Dios, que todo cambie en Guatemala porque realmente está mal, y esto no es de ahorita, es de hace rato que todo es corrupción. El próximo presidente tiene que por lo menos depurar la policía y limpiar el gobierno”, opinó Francisco Estrada, un vendedor de telas de 43 años.

El nuevo mandatario recibirá el poder de un gobierno de transición, encabezado por el presidente Alejandro Maldonado, quien terminará los últimos cuatro meses del mandato de Otto Pérez, en prisión preventiva por corrupción. Pérez renunció al cargo el 2 de septiembre, al ser acusado de dirigir una estructura de defraudación tributaria en las aduanas. Su exvicepresidenta, Roxana Baldetti, también se encuentra en prisión por el mismo caso.

El escándalo provocó indignación en la población y los guatemaltecos salieron masivamente a las calles para exigir la renuncia de los gobernantes.

Cualquiera que resulte elegido se encontrará con un Estado con las arcas vacías, carecerá de mayoría en el Congreso y estará bajo la mirada vigilante de la población, que exige transparencia.

El panorama más complicado es para Morales, porque solo tiene 11 de los 158 diputados en el Congreso, al tiempo que su partido no gobierna ninguna de las 338 alcaldías. En tanto, la agrupación de Torres obtuvo 33 parlamentarios y ganó 62 alcaldías.

“El nuevo presidente enfrentará un panorama tétrico porque el Estado está agonizando, las instituciones están colapsadas, la mayoría de los ministerios están endeudados, con cuentas pendientes”, dijo a la AFP Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana, facción local de Transparencia Internacional. Para complicar la situación, el fisco ha registrado “una caída muy drástica de ingresos y (el gobierno) va a tener de entrada muchas demandas y no cuenta con ninguna capacidad financiera para satisfacer esas demandas”, agregó.

En los últimos meses, varios de los 14 ministerios han colapsado por falta de recursos, como el de Salud, que está desabastecido de medicinas, y el de Comunicaciones e Infraestructura, que tiene deudas con empresas constructoras.

Abelardo Medina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, comentó que otro problema será la baja recaudación tributaria, que apenas supera el 10% del Producto Interior Bruto. Se prevé que el déficit fiscal alcance el 2,1%. “Va a tener que ser un presidente muy creativo para hacer reformas realmente radicales que le permitan tener un horizonte de gobernabilidad”, advirtió Medina.

– Fiscalización pública –

Los analistas advierten de que el nuevo gobierno estará bajo la lupa de la fiscalización pública para evitar nuevos escándalos como los que precipitaron la caída del expresidente Pérez.

De acuerdo con Marroquín, el movimiento de indignados que surgió con la movilización anticorrupción está vigilante y a “cualquier signo de mal gobierno, la gente va a salir inmediatamente a las calles”.

“El impulso cívico ciudadano por la transparencia debería de mantenerse con el próximo gobierno. Si queremos que las cosas cambien realmente, hay que mantener vivo ese espíritu de indignación, de denuncia y rechazo a las prácticas nocivas y corruptas”, comentó el analista Marco Antonio Barahona.