Bogotá

The New York Times: 36 horas en Bogotá, Colombia

Foto sobre los grafitis que ilustra The New York Times
Foto sobre los grafitis que ilustra The New York Times
–“Bogotá aparece cada vez más en el radar de los viajeros en estos días, gracias a su mejora en seguridad, una explosión de creatividad culinaria y a un acelerado ascenso como lugar de moda. Visitar Bogotá actualmente significa dejar atrás ideas anticuadas sobre Colombia, como las guerras relacionadas con narcotraficantes y pandilleros”.

Así comienza un extenso artículo publicado en el influyente diario The New York Times por la periodista Nell McShane Wulfhart, en el cual reseña un periplo de tres días–viernes, sábado y domingo–y destaca: Hoy, esta ciudad exuda vitalidad y entusiasmo. Usted se encontrará con calles repletas de nuevas tiendas de moda y restaurantes impulsados por sus chefs. Y la abundante arquitectura colonial de la ciudad, junto con sus llamativos murales y coloridos graffitis, constituyen un telón de fondo que permite a los visitantes olvidarse de los trancones y otros pequeños inconvenientes. Tome un poco de café colombiano y enfrente la ciudad con la energía que se merece.

Luego detalla el recorrido por la capital colombiana, así:

VIERNES

1. Empiece con una sopa, 3 p.m.

Comience de un modo tradicional al probar el plato emblemático de Bogotá en La Puerta Falsa, un restaurante sin pretensiones que ha servido humeantes platos de ajiaco en La Candelaria, el barrio histórico de Bogotá, desde 1816. Un abundante plato de sopa hecha con pollo desmenuzado y tres tipos de papas, el ajiaco se sirve con una porción de aguacate, un pedazo de mazorca, alcaparras y una cucharada de crema (por 18.900 pesos, o 6,70 dólares con un cambio de 2.828 pesos por dólar). Está aderezado con guascas, una hierba de Colombia, y es perfecto para calentar una lluviosa tarde bogotana.

2. Historia y arte, 4 p.m.

Recorra las calles de La Candelaria, que están repletas de edificios coloniales, cafés y bares para universitarios. Comience en la Plaza Bolívar, un espacio lleno de palomas rodeado por cuatro destacados lugares arquitectónicos: la Alcaldía, el espléndidamente neo-clásico edificio del Congreso, el Palacio de Justicia y la Catedral Primada que data del siglo XIX. Deténgase por un café (espresso, 3.000 pesos) en La Peluquería, una colorida cafetería/ peluquería/ tienda de ropa donde los hipsters de la ciudad se reúnen: Los granos proceden de Azahar, parte de la camada de nuevas empresas locales de café de alta gama en Bogotá. Camine por la calle 11 hasta el Museo Botero (entrada gratuita), que alberga una impresionante colección de obras del artista más famoso de Colombia, Fernando Botero, y es parte de un complejo que incluye un museo de arte moderno (entrada gratuita) y patios al aire libre. Concluya el tour por La Candelaria con un tazón (totuma) de chicha, una bebida ligeramente alcohólica hecha de maíz. Se sirve en la mayoría de los bares llenos de estudiantes en la Calle del Embudo, aunque ya es casi imposible de encontrar en cualquier otro lugar del país.

Foto The New York Times
Foto The New York Times

3. Un café con ritmo, 8 p.m.

El popular cantante colombiano Carlos Vives es el dueño de Gaira Café Cumbia House (admisión, 10.000 pesos), un restaurante y bar ecléctico que tiene su propio escenario, además de suficiente parafernalia histórica sobre música colombiana para llenar un museo. La música en vivo de los viernes y sábados es una combinación alegre de vallenato y cumbia de las regiones costeras de Colombia, además de alguna aparición ocasional del propio Carlos Vives. La comida es de la costa colombiana, con platos como la carne con arroz con coco al estilo de Cartagena, o patacones con cerdo y queso en homenaje a la herencia caribeña del país. Una cena para dos cuesta alrededor de 160.000 pesos. Para una buena vista con un nivel de decibelios ligeramente menor, reserve una mesa en la terraza del segundo piso.

Gaira Café Cumbia House cuenta con un menú de Colombia, y la música en vivo los viernes y sábados. Crédito Meridith Kohut para The New York Times
Gaira Café Cumbia House cuenta con un menú de Colombia, y la música en vivo los viernes y sábados. Crédito Meridith Kohut para The New York Times

SÁBADO

4. Tour de grafiti, 10 a.m.

Una de las características que define a Bogotá son sus grafitis. Técnicamente, no es ilegal pintar las paredes, lo que ha llevado a una dinámica cultura de arte callejero. Únase al Bogotá Grafiti Tour (es gratis, pero se aceptan donaciones): un recorrido a pie de dos horas y media y una introducción al trabajo de algunos de los artistas más atractivos de la ciudad. Los guías están involucrados en la escena del arte callejero y pueden explicar con detalles técnicos cómo se hacen las plantillas y el trasfondo político e histórico de los grafitis. Los murales del artista Bastardilla son algunos de los que más se destacan; llaman la atención a las violaciones a los derechos de las mujeres en Colombia. También tenga en cuenta las coloridas piezas de Guache, miembro del colectivo Bogotá Street Art, con una distintiva influencia indígena. Luego del tour, doble de nuevo por la calle 20 y llegue a Ricardo Corazón de Papel para comprar algunos recuerdos. En esta tienda de encuadernación e impresión hay algunas portadas de cuadernos con motivos de plantas nativas y animales como el carpincho.

5. Agítelo, 1 p.m.

Colombia es el hogar de un gran número de frutas exóticas, muchas de las cuales nunca llegan a los estantes de los supermercados en Estados Unidos. Diríjase al mercado en expansión de Paloquemao, donde los vendedores de frutas ofrecen de todo: desde tomate de árbol, pasando por las feijoas hasta la granadilla. Siéntese en un bar de jugos para degustar algunos batidos hechos con frutas locales mezcladas con leche y hielo, saben a algo que usted jamás ha probado en su vida. Si es valiente, pruebe el jugo de borojó y cangrejo. Este batido de frutas (cuesta alrededor de 8.000 pesos), alguna vez una tradición rural y ahora toda una novedad, tiene cangrejos de río y se supone que aumenta la virilidad.

6. Entreténgase mientras almuerza, 3 p.m.

El chef Tomás Rueda preside uno de los restaurantes más bellos de la ciudad, donde un techo en tragaluz y mesas de madera pulida lo alientan a tener un largo almuerzo. El señor Rueda, un líder del renacimiento de los restaurantes en Bogotá, hace un énfasis en los ingredientes tradicionales de productores a pequeña escala. Del menú pruebe la nueva cocina colombiana (almuerzo para dos, alrededor de 180.000 pesos), que incorpora ingredientes tradicionales en sus platos, como las croquetas de pescado con suero costeño amostazado.

7. Moda/Café/Arte, 4:30 p.m.

Chapinero es un fascinante y extenso barrio. Inicie una exploración de la zona con una visita a La Percha, una tienda en la elegante zona de Quinta Camacho, que vende ropa, joyas y otros accesorios de diseñadores colombianos. Algunas piezas, como el elegante trabajo y las carteras diseñadas por la marca bogotana Mago Maga –de dos años de edad –, son pura modernidad, mientras que la influencia indígena se puede observar en los modelos de las chaquetas de Hipolita. Tome un café en Bourbon, un moderno café construido en ladrillo y madera con su propio y tranquilo jardín. Allí encontrará excelentes productos horneados y café especialmente seleccionado (Aeropress, 6.900 pesos). Después, diríjase a Flora Ars&Natura, una pequeña e interesante galería escondida entre los garajes de un área industrial que se dedica a exposiciones de artistas locales e internacionales que se refieren a la naturaleza.

8. Cena al aire libre 8:30 p.m.

Saque el mayor partido posible de las noches de Bogotá cenando en el patio de Bruto. Es un restaurante en el que debe hacer reservación (comida para dos, aproximadamente 130,000) en donde se encuentra una distinguida clientela. El chef, Felipe Arizabaleta, es colombiano, la comida es española y la atmósfera vibrante, con buenos cócteles y música en vivo de martes a sábado. Pida el salmorejo, una sopa de tomate sedosa, fría, aderezada con huevo y tocineta, o las croquetas de calamar con aliolí de ajo; quédese y disfrute de una cava y de la interesante clientela. Comida para dos, aproximadamente 150,000 pesos.

DOMINGO

9. Chocolate y queso, 9 a.m

Desayune al estilo bogotano en la Pastelería Florida, un favorito local que lleva décadas sirviendo pan recién horneado, triángulos de queso y tazas de chocolate. La decoración es casual, aunque, como en todos los restaurantes de Bogotá, el servicio es encantadoramente formal. Remoje el queso en el chocolate para conseguir la experiencia auténtica y ordene un delicioso tamal húmedo, envuelto en hojas de plátano y con una pierna de pollo escondida en el medio. El desayuno para dos vale alrededor de 38.000 pesos.

10. Fiebre de Oro, 10 a.m.

Los domingos por la mañana, varias de las avenidas de la ciudad están cerradas al tráfico y son abiertas para los corredores, ciclistas y patinadores, lo que le da una nueva perspectiva a una urbe que normalmente está dominada por carros y buses. Dé un paseo por la temporalmente peatonal carrera séptima (conocida como La Séptima) hasta el Museo del Oro (gratis los domingos; de otro modo 3.000 pesos), que alberga una impresionante colección de miles de artículos de exquisita joyería, tallas de animales y figurines de oro hechos por indígenas colombianos de antes de la colonización.

11. Monserrate, mediodía

Si se siente con energía, únase a la multitud de personas que hace senderismo hasta Monserrate, una montaña de 10.000 pies con vista a la ciudad que alberga una estatua del Cristo Caído del siglo XVII. Si va por razones religiosas, se considera importante hacer la empinada caminata de 1.5 millas a pie, pero también hay un eficiente funicular y un tranvía (desde 10.000 pesos ida y vuelta) que suben y bajan la montaña desde La Candelaria. La vista desde la cima, que abarca toda la parte de la ciudad que se extiende al oeste de la montaña, es espectacular.

12. El Tambor, 1:30 p.m.

Descance de la agitada vida de la ciudad y tome un taxi (que vale alrededor de 14.000 pesos) hacia las montañas. Los bogotanos van a La Calera los domingos a respirar aire fresco, fotografiar el paisaje de verdes colinas y atiborrarse con una parrillada. El Tambor es el mejor de los restaurantes que bordean la carretera que sube de la urbe, y ofrece una hermosa vista además de las canastas llenas de carne recién asada, yuca, chorizo, chicharrón y mazorca (el almuerzo para dos vale unos 70.000 pesos). Añada un par de cervezas Club Colombia, acomódese en una silla y disfrute la tarde.

Hospedaje

Situado perfectamente para deambular por La Candelaria, el Hotel Continental (Avenida Jiménez No. 4-16 hotelcontinentalbogota.com.co; con habitaciones dobles desde 56 dólares) tiene un excelente servicio y suites espaciosas, todas con una pequeña cocina. Con un amplio espacio para el precio, es ideal para quedarse por más que unos pocos días.

Destacado por su ubicación central en el moderno barrio de Chapinero Alto y a poca distancia de la llamada Zona Gourmet, llena de restaurantes, el Book Hotel (Carrera 5 No. 57-79; thebookhotel.co; con habitaciones dobles desde 172 dólares) es una casa de estilo Tudor con una librería y una cafetería en el primer piso. La estética de la librería no se extiende a los cuartos, más bien sencillos aunque confortables, pero la ubicación es inmejorable.