Opinión

Historia del metro de Bogotá

Luis Eduardo Forero Por: Luis Eduardo Forero Medina
Los 8 millones de habitantes de Bogotá se resignan a tener metro en ocho años o más; aunque se les había anunciado que su construcción empezaría en junio de 2015, se ha operado un borrón y cuenta nueva, y sólo hasta el 2023 se inauguraría la primera línea de cuatro.

Los pocos pobladores de Santafé durante más de tres siglos se transportaron a lomo de mula o en carruajes, y en 1884 se subieron al tranvía, que funcionó 67 años. A partir de 1951 se fundaron las primeras empresas de buses y busetas a gasolina, que se alternaban con los ‘trolebuses’ rojos, rodados con tirantas. En 1942 el alcalde de Bogotá, Carlos Sanz de Santamaría propuso la construcción del metro para el municipio de Bogotá que tenía menos de 400.000 habitantes. Durante los 34 años (1954-1989) en que el alcalde del D.E. era elegido por el presidente de la república, sólo dos burgomaestres se interesaron por el metro, Andrés Rodríguez Gómez, en 1955 y en 1978 Hernando Durán Dussán. De diciembre del 2008 al mismo mes del 2010, el Banco Mundial (BM) , por solicitud de los Gobiernos nacional y distrital, financió un estudio que proponía diez alternativas de trazado. ( Los expertos más calificados en estructuración de proyectos de metro los tiene el BM.) El contrato de diseño de la primera línea se adjudicó al consorcio SENER de Barcelona, España, que proyectó su modelación hasta 2038. La primera línea construida con tecnología driveless, tracción eléctrica, iría de Kennedy a Usaquén, movilizaría 900 mil pasajeros/día, tendría 34,5 km ( 18 en túnel, 6 km semienterrados, 10,5 en superficie) y 33 estaciones, dos de ellas conectadas al SITP. Su valor estimado es de 15 billones de pesos, con un plazo de ejecución de 15 meses. No obstante el costo del metro compromete vigencias futuras del 2016 al 2040, la Nación giró simbólicamente el 70 %, y el resto lo cubre el D.C. Se afirma que la construcción no habría comenzado este año por la dilación de ocho meses de parte del Gobierno Nacional. Los últimos 58 años del siglo XX la ciudad acarició sueños de metro; los 15 años del XXI han transcurrido discutiendo si es subterráneo, elevado o superficial. Aún no se sabe si será público, privado o mixto y si se utilizarán alianzas público-privadas. Por el cambio de inquilino del Palacio de Liévano, se desecharían los estudios avalados por el Banco Mundial, se perderían 65 mil millones de pesos que costó el estudio de ingeniería ejecutada por el Consorcio L1, contratado por Petro, y se vilipendiarían los recursos invertidos con ese propósito por administraciones anteriores a la de Petro. Además se retrasaría hasta febrero de 2018 la nueva licitación para el Metro elevado. Peñalosa creería que se trabajará “sin afán pero con prisa” , y tiene de frente entre otros “chicharrones”, la negociación de predios, proceso engorroso por lo particular de la transacción y/o la demora judicial en definir procesos de expropiación.

Comments are closed.