–Después de 13 años y medio de ocurrida la masacre, las Farc reconocieron su responsabilidad y pidieron perdón al pueblo de Bojayá, Chocó, donde con un cilindro bomba mataron a 79 personas, de ellas 48 niños y dejaron a más de un centenar heridas. El pavoroso hecho ocurrió el 2 de mayo de 2002 cuando los habitante se refugiaban en la iglesia de la localidad.
“Por conmovedora tragedia de Bojayá se ha pedido perdón. No se trató de un acto obligado, sino de una decisión libérrima del corazón”, escribió en su cuenta en Twitter alias “Iván Márquez”, en el único pronunciamiento que ha hecho el grupo guerrillero sobre el hecho que encabezó alias “Pastor Alape” junto a otros integrantes del grupo guerrillero conocidos con los alias de Pablo Atrato, Benkos Bioho, Matías Aldecoa, Érika, Isaías Trujillo y Antonio.
Estos sujetos viajaron en avión desde La Habana a territorio colombiano y luego fueron transportados en un helicóptero de la Cruz Roja a Vigia del Fuerte y desde allí siguieron por el río Atrato a Bojayá, donde la iglesia todavía en ruinas constituye un monumento a la salvaje masacre de las Farc.
El desplazamiento lo hicieron acompañados con representantes de las Naciones Unidas, del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Allí pidieron perdón a los sobrevivientes de la matanza.
La visita de los integrantes de las Farc se realizó en absoluto secreto y por el gobierno asistieron el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; la directora de la Unidad de Víctimas, Paula Gaviria, y el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora.
Según trascendió, el acto se inició con una obra de teatro que rememoró la tragedia y luego alias Pastor Alape pronunció un discurso para pedir perdón a nombre de las Farc.
Javier Tamayo Perdomo, de la Defensoría del Pueblo detallaó que el acto cumplido en Bojayá fue sobrio y sentido.
Destacó que el acto de contrición de las Farc fue seguido por la presentación de un pliego de petición por parte de las víctimas en el cual exigen verdad, justicia, reparación y no repetición.
La matanza de Bojayá, distante 228 kilómetros de Quibdó, la capital del Chocó, fue ejecutada por el llamado frente 58 de las Farc en un enfrentamiento armado con un reducto paramilitar, en desarrollo de una disputa por el control territorial de la zona sobre el río Atrato, por ser clave en la ruta del narcotráfico hacia Centroamerica.
Los combates se iniciaron el 1 de mayo, aproximadamente a las seis de la mañana, en Vigía del Fuerte entre los paramilitares y la guerrilla, concentrándose posteriormente en Bellavista.
Por ese motivo, los habitantes buscaron refugio en la Iglesia, en la casa cural y en la casa de las Misioneras Agustinas.
Fue al día siguiente cuando los guerrilleros de las Farc lanzaron pipetas de gas cargadas con explosivos, una de las cuales penetró el techo del templo y estalló dentro matando a 79 y más dejando heridas a más de un centenar.
Una comisión de Derechos Humanos que investigó los tragicos hechos responsabilizó de los mismos a las Farc y a las llamadas autodefensas.