Bogotá

Acueducto lanza grupo especializado para detectar defraudación de agua

Acueducto busca fraude de agua

Bogotá cuenta ahora con una unidad móvil de detección de conexiones fraudulentas, la cual recorrerá las zonas donde se sospecha que se está presentando robo de agua.

Este equipo que empezará a ser usado por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAB) está conformado por funcionarios especializados y un radar que permite detectar, hasta a 12 metros de profundidad, las redes de agua que estén conectadas clandestinamente.

El equipo empezará a operar en el sur de la ciudad, una de las zonas donde más se presenta defraudación de fluidos. Según cifras de la EAB, las localidades de San Cristóbal, Rafael Uribe, Tunjuelito, Usme y Ciudad Bolívar presentan uno de los indicadores más altos de agua no contabilizada, por encima del indicador promedio que es de 35%.

Los usuarios que sean sorprendidos por el georadar haciendo uso ilegal de las redes del Acueducto deberán asumir consecuencias económicas, dependiendo de los consumos dejados de facturar; además, se les suspenderá y cortará el servicio, y deberán enfrentar un proceso legal por defraudación de fluidos ante las autoridades.

Las conexiones ilegales generan grandes inconvenientes en la operación del sistema de acueducto al descompensar el sistema de distribución por pérdidas de presión y caudal y/o por roturas de las redes a causa de la manipulación inadecuada. También afectan económicamente porque aumentan los gastos de operación. Se calcula que al año se pierden 8.5 millones de metros cúbicos de agua por defraudación.

El grupo especial de detección de defraudación de agua forma parte de un programa piloto del Acueducto de Bogotá para disminuir el indicador de agua no contabilizada. Para esto, se adelanta la vinculación de usuarios irregulares que usan el servicio sin autorización y se están haciendo mejoras en la medición y detección de fugas en las redes. A la fecha, con el programa de recuperación de agua no contabilizada, se han recibido más de 8.000 reportes por robo de agua en la ciudad, los cuales están siendo investigados.

Así funciona el georadar
La unidad móvil cuenta con dos georadares: uno para detectar conexiones ilegales de baja profundidad (hasta los dos metros) y otro para profundidades de hasta 12 metros.

Los equipos recorren la calle y descifran las ondas electromagnéticas y las ondas de sonido que son enviadas a un monitor donde se identifica el lugar exacto y la profundidad a la que se encuentra la tubería ilegal.

La unidad es manejada por un operario y un analista encargados de los aparatos y de interpretar la información, quienes, además, cuentan con una cuadrilla que hace las excavaciones y el corte de las conexiones fraudulentas.