La política educativa de Bogotá fue sometida a una evaluación técnica por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO -, concluyó que la ciudad implementó una apuesta innovadora e integral que entiende la calidad educativa más allá de las dimensiones cognitivas.
La valoración, desarrollada por 21 consultores de esta organización, se centró en cuatro programas estratégicos: el ‘Currículo 40×40’, materializado en la Jornada Completa; la estrategia ‘Iniciativas Ciudadanas de Transformación de Realidades’ – INCITAR- , la Política Pública de Educación Inicial y las ‘Pruebas SER’.
“Esta es una política coherente en la definición de la calidad de la educación y en la evaluación de esta con una propuesta holística e integrada”, aseguró Saadia Sánchez Vegas, directora de la Oficina de UNESCO en Quito y Representante para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela.
Frente a los resultados que alientan los esfuerzos de esta Administración en su meta de ofrecer educación pública, integral y de excelencia, el Secretario de Educación, Óscar Sánchez Jaramillo, concluyó que “estos fueron programas en los que se tomaron bastantes riesgos, pero queda claro que haber innovado valió la pena”.
La Jornada Completa de Bogotá
Más de 254 mil estudiantes disfrutan de más tiempos y más aprendizajes en los colegios públicos de la capital, con un currículo integral que les ofrece la oportunidad de elegir lo que quieren aprender y que es posible gracias a una política educativa que cambia vidas y transforma realidades.
La valoración de la UNESCO a esta apuesta emblemática de Bogotá Humana concluyó que se trata de una propuesta curricular de cara a la sociedad, interdisciplinaria y humanizadora, que acoge las necesidades del presente y sustenta la garantía al derecho humano a la educación y a la participación en la vida artística, científica, deportiva, recreativa, ciudadana, social y cultural.
Iniciativas que transforman realidades
De acuerdo con el consultor de la UNESCO, Gustavo Schujman, las Iniciativas Ciudadanas de Transformación de Realidades (Incitar), con las que la educación pública de Bogotá está generando pequeñas revoluciones para transformar las comunidades educativas, constituyen un desafío político-pedagógico que genera espacios participativos y abre la escuela a los contextos y territorios vecinos.
“Las Incitar son una novedad muy grande para la escuela y para la comunidad cercana y logran estrechar la relación de los niños y jóvenes con las familias y los vecinos. Empoderan a los estudiantes y generan mejores condiciones para la convivencia escolar y el rendimiento académico”, aseguró Schujman.
A la vanguardia en evaluación educativa
Desde el comienzo de la administración de Bogotá Humana, la ciudad propuso, desarrolló y aplicó las ‘Pruebas SER’, un modelo de evaluación único en el país que mide los aprendizajes en ciudadanía y convivencia, educación artística y bienestar físico en estudiantes de colegios públicos y privados.
Educación para la primera infancia
Durante el último cuatrienio, Bogotá abrió las puertas de sus colegios públicos a niñas y niños de 3, 4, y 5 años para que empiecen a descubrir el mundo en tres grados de preescolar: prejardín, jardín y transición, en donde reciben una educación integral.
Sobre esta apuesta de la política educativa, la UNESCO resaltó el reconocimiento de esta etapa como la más importante para el desarrollo humano y una gran impresión de recursos de esta Administración para mejorar el acceso y la calidad de la educación que reciben las niñas y los niños.
De esta forma, la ciudad recibió un merecido reconocimiento al trabajo realizado para ofrecer una educación integral de calidad y excelencia. Como concluyó la experta en educación, Silvia Finocchio, “hoy Bogotá está a la vanguardia en educación con respecto al país y la región”.