La oposición venezolana tomará el martes el control del Parlamento bajo fuerte confrontación con el chavismo que, por primera vez en minoría en 17 años de gobierno, promete bloquear todas sus iniciativas, presagiando un duro choque de poderes y la profundización de la crisis.
La instalación de la Asamblea Nacional, electa en los históricos comicios parlamentarios del 6 de diciembre, se efectuará en un ambiente de incertidumbre, agitado por la reciente decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de suspender a tres diputados opositores y un oficialista, que ganaron en el estado Amazonas (sur).
La polémica sentencia, parte de un fallo en el que el TSJ admitió para estudio siete recursos de impugnación contra nueve diputados opositores electos, amenaza la poderosa mayoría de dos tercios (112 de 167 escaños) que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró en los comicios, poniendo fin a la hegemonía chavista.
Pero desafiante, Henry Ramos Allup, acérrimo antichavista elegido el domingo por la MUD para sustituir en la presidencia del Legislativo al número dos del chavismo, Diosdado Cabello, aseguró que los 112 diputados estarán el martes en la juramentación.
“Ninguna decisión burocrática y mucho menos por un organismo absolutamente carente de legitimidad de origen puede trastornar ni puede frustrar o estafar la voluntad popular”, manifestó este abogado de 72 años, frontal y sarcástico como Cabello.
En lo que la oposición calificó como una acción “desesperada” del gobierno para blindarse, la mayoría oficialista saliente de la Asamblea convocó en vísperas de Navidad a sesiones extraordinarias para nombrar a 13 magistrados del máximo tribunal judicial, órgano clave pues será el árbitro en las disputas en el Parlamento.
La oposición denunció las impugnaciones de diputados como un intento de “golpe de Estado judicial” ante Naciones Unidas, la Unión Europea, Unasur, Mercosur y la OEA, cuyo secretario general Luis Almagro pidió que “nadie distorsione” los resultados electorales “con estratagemas de dudosa juridicidad”.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, que acusa a la oposición de haber jugado “sucio” con la “compra de votos” y atribuye la derrota electoral a la “guerra económica de empresarios de derecha”, advirtió que los chavistas reaccionarán ante la “Asamblea burguesa” que pretende “privatizar todo” y destruir los programas sociales.
Este lunes sesiona el llamado Parlamento Comunal que impulsa Maduro como forma de hacer contrapeso a un Legislativo dominado por la oposición.
“Todo indica que vamos por un camino serpenteante”, opinó Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, para quien primero el gobierno intentará “desconocer la realidad”, luego “será inevitable el conflicto” y finalmente se llegaría a la negociación, “después de haber pasado mucha roncha”.
Más confrontación, augurio para 2016
Aunque la MUD pierda provisionalmente tres diputados, aún tendría la mayoría calificada de tres quintas partes, que le permitirá impulsar una ley de amnistía para “75 presos políticos”, entre ellos el opositor radical Leopoldo López, condenado a casi 14 años de prisión acusado de llamar a la violencia en protestas en 2014.
Maduro anticipó que vetará la amnistía, a lo que Ramos Allup respondió que el mandatario “no es quién para aceptar o no una ley”. “Nosotros tenemos facultades constitucionales para promulgarla en caso de que en su insensatez niegue tal promulgación”, señaló.
El veterano opositor aseguró que la MUD también impulsará reformas económicas para concretar el “cambio” prometido al electorado, y recordó que en julio pasado acordó ofrecer, en el lapso de seis meses, “una solución democrática, constitucional, pacífica y electoral para el cambio del presente gobierno”.
Analistas como León ven desacertado poner entre las prioridades la búsqueda de la salida anticipada del presidente con alguna enmienda o referendo revocatorio, porque el voto castigo contra Maduro se originó en la crisis económica.
El país petrolero con las mayores reservas del mundo sufre el desplome de los precios del crudo -fuente del 96% de sus divisas-, un déficit fiscal del 20% del PIB, 200% de inflación, severa escasez de alimentos y retroceso de un 6% en la actividad económica en 2015, según cálculos privados.
“Es cierto que el gobierno no está acostumbrado al contrapeso e intenta evitarlo a toda costa. Pero también es verdad que a la oposición se le olvidó, después de tantos años sin tenerlo, cómo ejercer el poder y tratar de balancear el país con él. Es un proceso de aprendizaje que requiere tiempo, esfuerzo e inteligencia”, opinó León.
Entre augurios de mayor crisis, no se descartan choques en protestas callejeras. La MUD convocó a “acompañar” a sus diputados en una marcha el martes en Caracas, mientras que los chavistas se manifestarán el mismo día bajo el lema “Los de Chávez a la calle”.
Para Diego Moya-Ocampos, analista para las Américas de IHS Global Insight, la instalación de la Asamblea subraya “el clima de confrontación” que “marcará las dinámicas políticas de 2016, donde las fuerzas armadas jugarán un papel clave, tras bastidores”. AFP