El desafortunado anuncio pretendía hacer gracia mostrando una serie de animales muy felices de ser asesinados: un reno que se presenta ante los cazadores para que le disparen, un enorme pez feliz en brazos de sus captores, una zarigüeya que se arroja a la carretera para que la atropelle un coche. Todo ello para ser posteriormente transportados en un coche de la marca.
Como era de esperar, los colectivos animalistas levantaron su voz de protesta por el controversial vídeo. Además la crítica se le vino encima al spot comercial que fue calificado de mal gusto.
De hecho, la presión de las críticas ha sido tan abrumadora que la compañía ha retirado el anuncio y ha emitido un comunicado pidiendo disculpas.
Sorprendentemente, la agencia responsable del fiasco es nada menos que la afamada Saatchi & Saatchi.