La paz no duró 24 horas: Irán desafía a EEUU y continuará con su programa de misiles balísticos
Ayer la frase del presidente de Estados Unidos, Barack Obama , resonó fuerte alrededor del mundo y fue título de los diarios más importantes. Tras la entrada en vigor del pacto nuclear con el gobierno de Irán, “el mundo es un lugar más seguro”. Sin embargo, parece que la tranquilidad duró poco. Es que Irán y EE.UU. volvieron a enzarzarse hoy en un nuevo cruce de bloqueos comerciales y amenazas a cuenta del programa iraní de misiles balísticos.
Ni Washington ni Teherán dejaron pasar 24 horas para reafirmar, fundamentalmente ante su público interno que, pese a la notable distensión y la apertura de inéditos canales diplomáticos entre ambos que supuso el acuerdo nuclear, aún quedan muchas diferencias vigentes entre ambos.
La nueva fuente de discordia surgió ayer después de que el Departamento del Tesoro estadounidense anunciara la aplicación de nuevas sanciones a once personas y empresas iraníes vinculadas a su programa de misiles balísticos, una respuesta a las pruebas realizadas en octubre pasado por Irán que, según Washington, violaban las prohibiciones de la ONU en ese aspecto.
Según las autoridades estadounidenses, estas sanciones pretenden enviar a Irán el mensaje de que mantendrá la presión contra sus actividades “relacionadas con su apoyo al terrorismo, la desestabilización regional, los abusos de derechos humanos y el programa de misiles balísticos”.
El presidente de Irán, Hassan Rwohani
El presidente de Irán, Hassan Rwohani.Foto:EFE
La respuesta iraní se produjo en la mañana de hoy por boca del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hoseín Jaberí, quien prometió que su país responderá a “esos actos de propaganda” dirigidos a “causar daño” impulsando “aún con más fuerza” su “legítimo programa de misiles” y promoviendo sus “capacidades de defensa y seguridad nacional”.
En un duro mensaje, Jaberí señaló que las sanciones estadounidenses, respaldadas por demócratas y republicanos, no constituyen más que “un intento para agradar tanto a los círculos de poder como a los grupos de presión tanto dentro como fuera de los EE.UU.” contrarios a un acercamiento entre Irán y Occidente.
“Este tipo de comportamiento, que tiene al aparato de política exterior de EE.UU. rehén desde hace décadas, se produce cuando los belicistas (una referencia a los republicanos de EEUU y al gobierno de Israel) están hundidos por el fracaso de sus políticas de islamofobia”, añadió Jaberí.
En ese sentido, subrayó que “la adicción a las ineficaces sanciones” no impedirán que Irán avance en su “interacción constructiva con el mundo” y recordó que ellos también vigilarán con atención la aplicación del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) por Washington para verificar que no rompa ninguna de sus premisas.
Pese a la sorpresa de haberse anunciado el mismo día del fin de las sanciones nucleares contra Irán, EE.UU. ya había revelado que impondría nuevas sanciones por el caso de los misiles al país asiático, que deliberadamente quedaron fuera del proceso negociador por el programa atómico.
Irán siempre defendió su derecho a investigar y desarrollar sistemas militares sin injerencia de ningún país, y en los últimos años logró importantes avances en tecnología bélica, particularmente en el área de los misiles balísticos.
Según insiste Teherán, su doctrina militar es estrictamente defensiva y el desarrollo de estas armas sólo busca convertirse en un elemento disuasorio para los enemigos del país.
Sin embargo, la ONU prohibió a Irán investigar con misiles capaces de llevar cabezas nucleares.
Este nuevo roce no empaña todavía los enormes avances en el deshielo de la relación bilateral de los últimos días, los más significativos desde el triunfo en 1979 de la Revolución Islámica.
La liberación e intercambio de cinco presos estadounidenses en Irán, entre ellos el periodista Jason Rezaian y de siete iraníes presos en los EE.UU., así como la retirada de cargos contra otros 14 acusados de intentar romper el régimen de sanciones contra Teherán fue reconocida y celebrada por ambos países como un triunfo de la diplomacia.
EFE