La condena la profirió un juez especializado de Pereira, que le dio 37 años y seis meses de cárcel al coronel en retiro Robinson González del Río por su participación y conocimiento en la muerte de Javier Moreno y Janio Sepúlveda, presentados como guerrilleros abatidos en combate en en el municipio de Neira, Caldas, en septiembre de 2007.
Con la sentencia que se emitió, el ex coronel tendrá que pagar una multa de 4.580 salarios mínimos legales vigentes, además de una inhabilidad por 18 años para ejercer cargos públicos. Los delitos de la sentencia son homicidio agravado, concierto para delinquir, porte de armas de fuego y falsedad ideológica en documento público.
Un juzgado especializado de Antioquia condenó, el pasado 19 de enero, a 30 años de prisión al coronel (r) Robinson González del Río por 32 casos de ejecuciones extrajudiciales al momento de desempeñarse como comandante del Batallón Contraguerrilla 57 Héroes de Puerres entre los años 2006 y 2009.
El ex coronel aceptó su responsabilidad en los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir, peculado por apropiación y porte de armas de uso privativo y defensa personal. En aquella decisión se le ordenó el pago de una multa de 25 salarios mínimos legales vigentes.
De la misma manera, el pasado 29 de septiembre, la Fiscalía General indicó que por semana los militares adscritos al Gaula de Antioquia se distribuían las funciones para adelantar las ejecuciones extrajudiciales que se registraron en varios municipios de Antioquia.
“Se sorteaban quién le tocaba disparar y darle muerte a las personas que iban a presentar como bajas en combate y quiénes eran los que iban allá acomodar la escena o a simular el combate: unos disparaban los otros procedían a llevar las armas y colocársela a las víctimas y disparar”, señaló.
Según la fiscalía, estas acciones se llevaban a cabo para aparentar un combate con grupo armado y las acciones se atalantaban bajo las órdenes del mayor González del Río “para presentar resultados operacionales por parte de las unidades que tenía a su cargo como lo venía haciendo desde el batallón de guerrilla 57”.
El ex coronel aprovechaba su posición para dar órdenes directas y atentar contra la vida de personas desarmadas a quienes hacían pasar como miembros de grupos guerrilleros, bandas criminales y narcotraficantes.
“Fueron esas órdenes de operaciones las que usted hacia aparecer como legales para que sus hombres fueran a determinados sitios ya escogidos por usted y sus subalternos. Las víctimas eran llevada a ese lugar y apenas se bajaban de un vehículo eran fusiladas en total estado de indefensión”, señaló el fiscal.
“Las víctimas eran escogidas por sus antecedentes penales para efectos de darles muerte y simular que iban a cometer alguna actividad delictiva y así justificar la acción de los miembros del Ejército”, afirmó el fiscal.
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