–En un momento en que los estadounidenses dudan de la capacidad del país para gestionar las intervenciones militares extranjeras, Santos estaba aquí para celebrar una que tuvo éxito», reseña en un editorial el influyente diario The Washington Post, al destacar la celebración de los 15 años del llamado «Plan Colombia» en un acto que encabezaron la semana pasada en la Casa Blanca los mandatarios de los dos países Barack Obama y Juan Manuel Santos.
Al efecto, el periódico advierte que “es uno de los programas de asistencia estadounidense más exitoso de su historia”, citando esa frase de su reportero Karen DeYoung,
Según el consejo editorial del Post el presidente colombiano «logró elogios» de los dos partidos estadounidenses, luego se reseñar que cuando el Plan Colombia fue propuesto por primera vez por el presidente Bill Clinton en 2000, los grupos y los derechos humanos demócratas del Congreso criticaban que se centraba demasiado en la ayuda al ejército de Colombia, que parecía estar perdiendo la lucha contra la guerrilla de las Farc y los grupos paramilitares.
Como el New York Times informó en su momento–precisa–, existía la preocupación de que un programa de tal magnitud podría dar lugar inexorablemente a un compromiso militar estadounidense en general a la guerra y la posibilidad de que se involucxraran soldados.
Eso no sucedió, puntualiza y añade: En cambio, durante el gobierno de Álvaro Uribe y el Sr. Santos, que sirvió como su ministro de Defensa, Colombia reforzó y profesionalizó su ejército con la ayuda de Estados Unidos, lo que le permitió obtener una ventaja militar decisiva sobre las Farc y los grupos paramilitares de derecha.
El resultado fue exitoso, resalta a propósito de las conversaciones de paz, primero con los paramilitares y ahora con las Farc, sobre las cuales indica que se espera concreten un acuerdo con el gobierno de Santos para desarmar y cortar sus vínculos con el tráfico de drogas a finales de marzo o principios de abril.
La lección importante es que el apoyo militar de Estados Unidos para aliados envueltos en guerras civiles es fundamental para una solución política aceptable – una verdad que la administración de Obama por desgracia ha pasado por alto en Siria, indica el editorialista.
En seguida hace alusión a la controversia desatada alrededor del acuerdo de paz de Santos con las Farc y en particular la oposición expresa pñor el expresidente Alvaro Uribe, quien dice que terroristas que cometieron crímenes de guerra va a escapar del consecuente castigo.
Grupos de derechos humanos de Estados Unidos formular objeciones similares acerca de los comandantes militares culpables de violaciones de los derechos humanos, anota, pero subraya que el presidente Santos «responde que todos los culpables de crímenes serán investigados, juzgados y sancionados, aunque las penas no incluirán penas convencionales o la extradición a los Estados Unidos.
En cuanto a la futura intervención en política de los cabecillas de las Farc, destaca que el presidente Santos ha dicho que será para mejorar la democracia colombiana.
Añade que a su favor, el Sr. Santos ha comprometido a poner el acuerdo final con las Farc a un referéndum en Colombia, un voto arriesgado dada la antipatía popular generalizada hacia el grupo.
Si ratificado democráticamente, las concesiones hechas por la paz tendrán una legitimidad que merecerá el apoyo de los aliados de Colombia, incluyendo los Estados Unidos. La administración Obama ha propuesto incrementar la ayuda a Colombia a 450 millones de dólares anuales para el programa que cambia de nombre al de Paz Colombia.
Finalmente que la reinversión en un éxito de Estados Unidos tiene mucho sentido.