Más allá del fenómeno inflacionario y las acciones de la autoridad monetaria por contenerlo, el canal de crédito hipotecario se mantiene activo y los beneficios del subsidio a la tasa de interés del Gobierno Nacional impulsan la inversión en vivienda.
A pesar de la política monetaria contractiva que adoptó el Banco de la República para controlar la inflación, el efecto sobre las tasas de interés de los créditos hipotecarios ha sido menos que proporcional. Hoy el costo de la deuda para adquirir vivienda no es una restricción en la decisión de compra, en parte por los más de 300.000 subsidios a la tasa de interés que ha dispuesto el Gobierno Nacional para favorecer el acceso al crédito de vivienda.
Así lo expone el análisis presentado en la sexta edición de Tendencias de la Construcción, publicación de la Dirección de Estudios Económicos de Camacol, donde se demuestra que la transmisión de las tasas de referencia sobre las tasas de interés de los créditos hipotecarios actúa con un rezago y tiene efectos menos que proporcionales. Esto como respuesta al tipo y naturaleza del crédito de vivienda, la competencia de las entidades financieras y los factores de estabilidad macroeconómica ajenos a la coyuntura inflacionaria que determinan el costo de la financiación hipotecaria.
“La estabilidad macroeconómica es un activo muy valioso que tiene el país y un factor fundamental para la financiación de largo plazo y el crédito de vivienda, y somos conscientes que su preservación va a depender de acciones de corto plazo de la autoridad monetaria en cuanto a las tasas de interés”, dijo la presidente de Camacol, Sandra Forero Ramírez.
En el mismo informe de Camacol se señala que en los dos primeros meses del año 2016, se han comercializado 28.218 viviendas nuevas en las trece principales regiones del país, un 7% más que en el mismo periodo de 2015. Estás ventas representaron $5,2 billones en inversión de los hogares.
En el frente macroeconómico son varios los retos que tendrá que sortear el aparato productivo del país, sin embargo, “los avances en ingresos y empleo de los últimos años; los incentivos a la demanda a través de la política de vivienda; y la reactivación prevista de algunos mercados regionales como el de Bogotá, son señales positivas sobre las oportunidades del sector para contener el empleo y la actividad económica”, concluye Sandra Forero Ramírez.