La curiosa organización, operaba a nivel nacional, teniendo como centro de operaciones a Neiva, Huila; Chaparral, Tolima y Calarcá, Quindio, ciudades en las cuales precisamente se hicieron efectivas las capturas.
Las mujeres aprehendidas fueron identificadas como Mónica Lorena Zamora, Karen Stefanía Zamora, Ximena Cruz Tovar, Ana Yamile Patiño Díaz, Gloria Yolima Patiño Díaz, Flor Nancy Rendón Salcedo y Yudy Jazmín Campos Rendón, todas las cuales serán enjuiciadas por los delitos de concierto para delinquir y extorsión.
Según la fiscalía, las mujeres tenían varios modus operandi, entre estos, llamadas telefónicas en las que se identificaban como sobrinas de la víctima, que el carro se le había “varado” y que requería dinero para la compra de repuestos.
En otras ocasiones, bajo la misma modalidad, la “sobrina” realizaba las llamadas diciendole a los supuestos familiares que la Policía la había detenido por un accidente de tránsito en el que resultó gravemente herida una persona, por lo cual debía recolectar una importante suma de dinero para pagarle a las autoridades y así evitar el trámite penal.
En otras llamadas se llamaba a la víctima para comunicar que había sido capturado por portar granadas, armas de fuego y que necesitaba del apoyo monetario de la familia para evitar ser llevado ante la justicia colombiana.
Igualmente utilizaban la estrategia de identificarse como integrantes de organizaciones armadas al margen de la Ley y exigían dinero para comprar medicamentos con destino a “combatientes” que se encontraban heridos.
Las sumas de dinero exigidas, debían ser consignadas a través de empresas de giros y remesas indicando que estas serían reclamadas en determinados sitios, pero en realidad terminaba siendo retirado en otras ciudades.
En otras ocasiones le exigían a sus víctimas “recargas” para teléfonos celulares que utilizaban para extorsionar a otros ciudadanos y extender su actuar delincuencial a otras partes del país.
Las labores investigativas permitieron la ubicación de víctimas en los departamentos de Tolima, Caquetá, Villavicencio, Antioquia, Norte de Santander y Huila, ciudadanos a quienes lograron afectar con el detrimento en su patrimonio por más de 50 millones de pesos.
Las mujeres eran familiares y conocidas entre sí, pues además de los apellidos, se estableció relación entre los lugares de residencia, números de teléfono, comunicaciones telefónicas e incluso giros de dinero entre ellas.
La operación que concluyó con la captura de las siete mujeres, fue ardua e intensiva, si se tiene en cuenta que las personas víctimas en ocasiones no denuncian, al asegurar que las exigencias económicas son de menor cuantía. Sin embargo, es de resaltar que las utilidades son significativas a raíz del número de extorsionados a nivel nacional.
“Con el resultado operacional se logra desmantelar la banda, se disminuye el delito de la extorsión y se motiva a la ciudadanía a continuar denunciando al garantizar que el Huila cuenta con autoridades competentes y eficaces para combatir el flagelo de la extorsión”, precisa el comunicado del Ejército.
