El ELN reiteró este domingo que la petición de que dejen de secuestrar a civiles para dar inicio a un proceso de paz, realizada por el presidente Juan Manuel Santos “tranca” esas negociaciones.

La guerrilla insistió en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter que la condición, que “pretende ser una imposición”, se ha “convertido en un impedimento para la paz”.

Además, destacó que dicho requisito está “al margen de la agenda” que las partes definieron para negociar el fin del conflicto y que se anunció el pasado 30 de marzo en Caracas, donde el Gobierno y los guerrilleros también declararon públicamente su acuerdo para iniciar la fase pública de los diálogos de paz.

“Plantearse hoy modificaciones sustanciales, como la exigencia del Presidente, es incumplir definiciones y trancar el proceso de paz”, apuntó el ELN.

El pasado miércoles Santos dijo sobre este asunto que el secuestro “no es aceptado en ningún tipo de guerra”, y consideró que “el mínimo” a cumplir por parte del grupo armado “es que renuncien al secuestro y liberen los secuestrados”.

“Si no se arregla lo de los secuestrados pues no hay fase pública, así de sencillo”, aseguró el mandatario.

Para la guerrilla, las declaraciones del Presidente “desataron una ofensiva mediática que está desgastando la confianza” y que “ha generado confusiones en la opinión con falsas acusaciones, como la que dice que el ELN ha faltado a los acuerdos”.

“La realidad demuestra cómo ha sido el presidente Santos quien impuso la condición (de) que el diálogo se desarrollara en medio del conflicto”, agregó el grupo guerrillero.

Sobre este argumento, ya expuesto en otras ocasiones por la guerrilla, el presidente dijo el miércoles que dentro del Derecho Internacional Humanitario “está clarísimamente estipulado que el secuestro no hace parte de las reglas, el secuestro no es aceptado en ninguna circunstancia, en ningún tipo de guerra”.

“Por eso esa comparación o esa acusación que me hace el ELN no tiene ningún fundamento”, sostuvo entonces Santos.

El comunicado de la guerrilla llegó un día después de la muerte en una operación militar en el oeste de Colombia de alias Franklin, un cabecilla del ELN que, según las autoridades, era el responsable del Frente Resistencia Cimarrón y el “gran barón de la droga” en la región del Alto y Medio Baudó.