Orlando ha vivido dos jornadas trágicas. No habían terminado de llorar la muerte de la cantante Christina Grimmie, asesinada mientras firmaba autógrafos a sus fans, cuando un nuevo ataque ha vuelto a golpear a los habitantes de esta ciudad norteamericana.
Tan sólo seis kilómetros separan el teatro donde la joven artista ofreció su último concierto del club nocturno Pulse, un local frecuentado por homosexuales, en el que al menos 20 personas perdieron la vida y otras 42 resultaron heridas en un tiroteo ocurrido en el interior de esta sala de fiestas.A primera hora de la tarde, medios americanos informaron de que el tirador había sido identificado como Omar Mateen, un ciudadano americano de 29 años hijo de afganos. El diario Los Angeles Times cita fuentes policiales.
En torno a las 2.00 horas, hora local (06.00 GMT), un policía que trabajaba como guardia de seguridad en el club sorprendió a un hombre con “dos armas de fuego y una suerte de artefacto”, según explicó el jefe de la policía de Orlando, John Mina. El sospechoso y el agente intercambiaron varios disparos y el agresor de atrincheró con varios rehenes en el local.
Fue entonces cuando el club Pulse decidió publicar en su pagina de Facebook mensaje en el que pedía que todo el mundo saliera del local y corriera. Rosie Feba, una testigo del ataque, que logró escapar del club junto a su novia, explicó que el tiroteo comenzó cerca de la hora del cierre. “Ella me dijo que alguien estaba disparando.
Todo el mundo se tiró al suelo. Al principio pensé que no era real. Pensaba que era parte de la música hasta que vi su pistola”, agregóA las cinco, un grupo de elite de la policía irrumpió en el local tras efectuar “una explosión controlada” cerca del club, y logró abatir a tiros al sospechoso y liberar a los rehenes que se habían refugiado en el baño.
“Al menos nueve agentes estuvieron implicados en el tiroteo y uno resultó herido, aunque el casco (de fibra sintética) que llevaba le salvó su vida”, explicó Mina, que recalcó que el supuesto tirador estaba “organizado y bien preparado”. El tiroteo está siendo investigado como un acto de terrorismo.
El FBI analiza si el sospechoso, que no era de Orlando, podría tener alguna ” inclinación” por el terrorismo islamista.El alcalde de la localidad, Buddy Dyer, trató de calmar los ánimos y afirmó que Orlando es una comunidad “fuerte” y que “se ayudarán los unos a los otros para superar” estas tragedias.
Éste es el segundo ataque en la ciudad en poco más de 24 horas, después de que la cantante Christina Grimmie fuera asesinada el viernes por un hombre que la disparó tras un concierto.Las armas de fuego fueron usadas en 11.200 asesinatos en 2013 en Estados Unidos, pero hasta ahora no han llevado a la adopción de medidas efectivas para limitar su uso en un país donde el derecho a portar armas está protegido por la Segunda Enmienda de la Constitución. Con EFE