En el debate sobre el cupo de endeudamiento, solicitado por el alcalde Peñalosa, el concejal Manuel Sarmiento afirmó que “este proyecto concreta el propósito del Plan de Desarrollo de apalancar con recursos públicos los grandes negocios en beneficio de una minoría de magnates y empeñando a Bogotá, ya que el servicio a la deuda crecerá un 72% de 2016 a 2020, muy por encima de los ingresos corrientes que solo lo harán en un 14%”.

El endeudamiento pretendido por la administración de Peñalosa asciende a los $5.04 billones. De estos recursos, más del 41% se invertirá en infraestructura pública para los operadores privados de Transmilenio, el negocio favorito de esta administración. No es cierto, precisó el concejal del Polo, que con este crédito se apunte a mejorar la movilidad de la ciudad, pues se ratifica que el Metro –si es que se hace– queda en un segundo plano. “Peñalosa planea invertir más dinero en Transmilenio que en el Metro (7 y 4 billones, respectivamente) y pretende construir troncales para los buses rojos por las vías principales y sin ningún tipo de estudios, como la de la séptima en donde Transmilenio no cabe. Si se cubren estos principales corredores viales con Transmilenio, ¿por dónde quedará la red del Metro? Peñalosa insiste en su absurda idea de que Transmilenio reemplaza el Metro y su objetivo es buses por todas partes y por los próximos cien años”, acotó Sarmiento.

“No sorprende, entonces, que Peñalosa priorice Transmilenio en este cupo de endeudamiento, asignándole 6 veces más recursos que a sectores como la educación, a la que solo se destinará el 6% del crédito”, afirmó el cabildante. “El servicio a la deuda en la era Peñalosa será un 60% mayor al que se canceló durante la alcaldía anterior y lo que explica este hecho es la obsesión del alcalde por reforzar en Bogotá el Modelo Transmilenio, en el que a unos muy pocos les va muy bien mientras a la gran mayoría y al fisco distrital les va muy mal”, concluyó Sarmiento.