Por: Luis Eduardo Forero Medina
El liderato en exportación de carne bovina en América Latina lo ostentan los países fundadores de Mercosur, encabezando Paraguay, quinto exportador de la proteína roja vacuna a nivel mundial; del Chaco paraguayo proviene el mayor número de cabezas de ganado, es región destacada por la producción de carne bovina, y el sub-sector el más importante dentro del PIB. La llegada de Paraguay al mercado de Egipto y Qatar, confirma su relevante posición carnebovina global.
Argentina ha experimentado una baja histórica en el ranking mundial en exportación de carne. Por las limitaciones a la producción y exportación de carne, de parte del gobierno de Cristina Fernández, más de un centenar de frigoríficos fueron clausurados, enviando a la calle a miles de trabajadores. El presidente Macri eliminaría los ROE (Permisos de exportaciones) para permitir que Argentina rescate el lugar privilegiado que siempre ha tenido en el mercado mundial de la carne bovina.
Las exportaciones del Mercosur podrían verse amenazadas por una disminución en la producción pecuaria, si por una mala jugada debieran enfrentar a la Fiebre Aftosa y a la “vaca loca”.
Después de la carne de cerdo, y de aves de corral en el mercado mundial, a la hora de llevar a la mesa, la carne de vacuno es la elegida. El mercado de carne bovina es verdaderamente exquisito para los inversores; sólo en la China se consumen 5 millones de toneladas de esa proteína anualmente. Europa necesita carne bovina, por vivir bajo el espectro de un virus altamente infeccioso de la viruela del ganado, la dermatosis nodular contagiosa que ronda a 22 países de ese Continente. Las exigencias para exportar carne bovina a la Unión Europea (UE), los EE.UU. y en general a los países desarrollados, no permiten que se sirva carne producida con ganado alimentado con hormonas; y nada de huesos, según el BID. La China visita primero a sus posibles proveedores de la proteína roja vacuna, haciéndolos pasar por difíciles prueba para acceder a su mercado.
Las perspectivas del sector pecuario en A.L. son favorables por sus pastizales, evidenciándose por el crecimiento en ese renglón, correspondiente al 3.7% anual, superior al 2,1%; global. América Latina y el Caribe, a pesar de constituir solo el 13,5% de la población mundial, produce un poco más del 23% de la carne bovina y de búfalo, indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Colombia sigue los pasos de sus vecinos del Cono Sur, aprovechando que la ganadería cebú pura en el país, es una de las mejores del mundo; el país es el cuarto productor más grande de carne bovina en A.L.; el 99% del ganado bovino es 100% alimentado en pasturas y, es la única nación en el que se lleva a cabo el Programa Nacional de Mejoramiento Genético, -PNMG-, liderado por la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas, (Unaga), entidad con 62 años de experiencia. Desde hace siete años, Colombia es un país libre de fiebre aftosa, certificada por la Autoridad Sanitaria Internacional OIE.
La mayoría de criadores de ganado bovino en América Latina (A.L.) son arrendatarios de las fincas o poseedores de los terrenos durante decenas de años sin que se les haya titulado las mismas. En Colombia calificadas como fincas ganaderas habrían más de dos mil, y miles de lotes donde se crían ajenas a la tecnología, menos de cinco reses, principalmente para mejora de la rezagada seguridad alimentaria y economía familiar.
En la presente década el sacrificio bovino en el país ha reseñando un crecimiento de cerca del 5% al 2014, año en que el inventario bovino en Colombia estaba en 23 millones de ejemplares bovinos, según la Federación Colombiana de ganaderos –Fedegán-. De dicho lote de ganado, al menos el 95% es cebú o tiene genética cebuina, indica Asocebu (Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú), fundada hace 70 años. Asocebu es promotor en la ejecución de programas de mejora genética en el territorio nacional. En opinión de expertos bovinos el tema de genética animal en Colombia es desconocido o no se aplica.
La mayoría de mataderos de sacrificio de ganado bovino que funcionan en Colombia hace más de medio siglo, -muchos en precarias condiciones- fueron construidos cerca de un río para verter en él los desechos después de sacrificado el cuadrúpedo. Las autoridades sanitarias de la época no se ocupaban de esos menesteres, pasando por alto los efectos letales que siguen produciendo los mal llamados mataderos.
El decreto 1500 de 2007 de un centenar de artículos, relativo a los requisitos sanitarios y de inocuidad que deben cumplir los eslabones de la cadena, buscó arreglar esas y otras desastrosas condiciones, de donde saldrían algunas porciones de carne que se sirve en la comida.
Convencido de la falta de socialización de la norma, en varias oportunidades el gobierno nacional ha aplazado la puesta en marcha del 1500, situación que ha permitido que los más de 1000 mataderos y plantas de sacrificio de ganado bovino que operan en Colombia, no están ceñidas por el 1500, norma que persigue básicamente el suministro de una carne bovina de calidad para el consumidor. El problema que se anunció solucionado con ese decreto hace diez años, de contar con un adecuado manejo en las aguas negras de los mataderos, sigue latente. De no prorrogarse una vez más la vigencia del 1500, en tres años o más en todo el país operarán con alta tecnología las Plantas de Beneficio Animal (PRBA), y en los próximos meses cientos de mataderos se clausurarían definitivamente por no ofrecer garantías sanitarias. Los gobernadores y alcaldes por mucho tiempo han manejado inadecuada y desinteresadamente los mataderos municipales.
La quijotada que hizo Fedegan hace once años con los frigoríficos, reunidos en la Asociación Colombiana de Industriales de la Carne, ACINCA, fundada hace 25 años, fusionando los de Corozal, Villavicencio, La Pintada, La Dorada y Cúcuta, para convertirlos en Frigoríficos Ganaderos de Colombia – Friogan-, acaba de tener su desenlace final al ordenarse su liquidación de parte de la Supersociedades. Los propósitos por los cuales fue creado Friogán de lograr “ mayor competitividad en el mercado y mejor integración de la cadena”, tampoco se habrían alcanzado en este decenio perdido para el subsector de frigoríficos.
De los subsectores de la carne bovina, la industria cárnica es la que más consume energía por la cadena de frío a que es sometido el producto. Además de sustituir la energía eléctrica por las renovables, los versados proponen despachar únicamente la cantidad que se proyecta vender en un día para que las famas y expendios de carne desenchufen de noche los equipos de frio. La falta del certificado de sanidad es la talanquera para que la industria cárnica traspase las fronteras nacionales difundiendo sus excelentes productos.
Lo bueno del sector es el aumento de los consumidores de carne bovina; lo malo el bajo consumo de la proteína en los países en desarrollo, y lo feo cuando el sector es degollado por falta de gestión sanitaria de los alcaldes; cuando campantemente se sacrifica y despresa a la res en potreros, y se manipula y transporta la carne inadecuadamente , poniendo en riesgo la salud de miles de consumidores; por el contrabando de carne y bovinos de Venezuela, el cual al parecer se mantuvo durante el reciente cierre de la frontera; por la proliferación de mataderos clandestinos, imposibles de detectar por las autoridades; por la enorme informalidad del sector y el alto precio de los insumos.
El sector está agremiado en Paraguay en la Asociación Rural del Paraguay, a través de la Comisión de la carne bovina –CICPCB-; en Argentina en la Confederaciones
Rurales Argentinas (CRA), la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, y en la capital los empleados en el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne y sus Derivados del Gran Buenos Aires (SICGBA). En Colombia en la Cámara Gremial de la Carne (CGC).
@luforero4
Comments are closed.